Aunque el ganar fuera de casa sigue siendo uno de los principales problemas de esta UD Las Palmas, los partidos como local sí que suman lo suficiente como para seguir en la parte de arriba de la tabla. Especialmente, hay que hacer hincapié en el buen rigor defensivo amarillo como local.
En 5 partidos en los que la UD Las Palmas ha jugado como local, 4 se han saldado con victoria amarilla. El único tropiezo liguero hasta el momento en el Gran Canaria fue ese empate a uno ante el Albacete con el gol de David García en propia puerta. Estos números ayudan a los de Manolo Jiménez a estar entre los primeros clasificados de la tabla y clave en ello está siendo la solidez defensiva.
De hecho, los insulares acumulan ya 367 minutos sin encajar un tanto en Siete Palmas y, el único balón que ha tenido que recoger Raúl Fernández de dentro de su portería, fue el ya mencionado del capitán grancanario. Eso significa que, hasta día de hoy, ningún jugador rival ha sido capaz de marcar un tanto en la meta que defiende el vasco, algo muy importante para la evaluación continua del curso.
Está claro que la UD se ha hecho fuerte desde atrás y que esa seña de identidad es más que innegociable para Jiménez. Esa virtud como local funciona y de una manera espectacular según los datos expuestos anteriormente. De ese modo, parece complicado meterle mano a los insulares en casa, aunque esa solidez la tiene que trasladar ahora a sus partidos como visitante, donde sí que tiene que mejorar.
Sea como sea, el Deportivo de la Coruña y su pareja de delanteros son los próximos en aparecer por el Gran Canaria. Entre Quique y Carlos Fernández suman 12 goles y son el dúo con mejor promedio goleador por minuto de la categoría. ¿Serán capaces de romper con el maleficio visitante en Siete Palmas? Desde Christian Stuani, nadie marca sobre ese césped, por lo que algo debe estar haciendo bien Jiménez y su staff para haber conseguido que Las Palmas sea un rival temible defensivamente.
