La plantilla está con Jiménez

Manolo Jiménez charla con los futbolistas en El Hornillo

El vestuario, en boca de Cala, mostró apoyo al técnico públicamente ante el runrún que existe sobre su figura. Sin embargo, los resultados mandan y el viernes el entrenador sevillano se juega el todo por el todo. 

Dentro de la caseta de la UD Las Palmas no hay dudas sobre Manolo Jiménez. Al menos, eso es lo que Juan Cala, tercer capitán amarillo, confesó ayer en sala de prensa. Este mensaje fue, además, corroborado en el día de hoy por Tana en el mismo lugar que su compañero, por lo que parece claro que de puertas para dentro el técnico sevillano cuenta con el apoyo de sus hombres para salir de esta situación.

Con estos mensajes, el preparador del Arahal se hace fuerte con los suyos cuando quizás más lo necesita. La rumorología le sitúa a una derrota de quedar plenamente señalado y completamente tocado, dado que a pesar de que el próximo rival insular es el líder de la categoría, una plantilla como la que tienen los amarillos no puede sumar 7 u 8 puntos de 24 posibles porque se estaría alejando del objetivo del club.

Ya el otro día Ramírez dijo en una entrevista que la sensación que tiene la grada es la de que Las Palmas tiene muchas posibilidades de ascender, aunque matizó: «Sea de forma directa o a través de los Playoff». No obstante, con el segundo plantel más caro de toda la Segunda, a esta UD hay que exigirle bastante más de lo que está mostrando en los últimos partidos porque el juego aburre y no se gana.

La fuerza del vestuario es un buen estímulo. Que los jugadores estén con el entrenador indica que el grupo está unido y fuerte ante la adversidad, pero si no existe una clara mejoría en las formas y, sobre todo, en los resultados habrá que buscar una alternativa en forma de cambio. Esto es fútbol y un proyecto como el amarillo necesita ver brotes verdes, por lo que ganar al Granada es vital.

A buen seguro, que Manolo Jiménez cuente con al ánimo de sus pupilos ayudará a que el viernes se pueda ver una mejor versión de la UD. El cuerpo técnico y los jugadores lo necesitan, casi tanto como una afición que quiere empezar a tener motivos para sonreír de forma bastante más constante que hasta ahora.

 











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