La UD y Jiménez vuelven a quemarse (2-2)

La UD Las Palmas volvió a cuajar un partido bastante plano ante un rival directo y no fue capaz de consumar la victoria que necesitaba para despejar dudas. La pegada de Rubén y Araujo puso por delante en dos ocasiones a los amarillos, pero dos errores defensivos le dieron aire al Granada para llevarse el empate. A Jiménez se le complica su continuidad. 

Aires de final recorrían otra noche fresca en Siete Palmas. La UD y Jiménez ponían en juego su credibilidad ante un Granada que llegaba a la isla como líder de la categoría. Quizás, lo definitivo del choque no parecía importarle al sevillano, al menos en la previa, pero sí que le dio valor con una serie de cambio de piezas y de esquema con el que demostraba su imperante necesidad de hallar una reacción en forma de victoria que fuese convincente, que despejase ciertos fantasmas y dudas.

El balón comenzó dividido entre los dos equipos, aunque fueron los granadinos los que se empeñaron mucho más en llevar el peso del encuentro en esos primeros compases. Ambas escuadras se tanteaban un poco mientras los dos porteros miraban cómo se iba desarrollando el juego sin actuar mucho por el momento.

A pesar de ello, en una jugada ensayada el cuadro andaluz puso en aprietos por primera vez a la zaga insular, ya que una peinada de Martínez dejó a Adrián Ramos solo, pero el colombiano erró cuando estaba ya tenía el gol en sus botas.

Dominio nazarí hasta que Rubén hizo magia

Un aviso le bastó a Las Palmas para salir adelante y Tana comenzó a entonarse. Primero con un disparo poco afortunado, posteriormente con un gran pase filtrado que se le fue demasiado largo y continuó ofreciéndose para llevar el peso del juego. A partir de ahí, los grancanarios volvieron a dar un paso atrás, ya que el Granada retomó el control y alejó a su rival de los dominios de un Silva que descansaba.

Con los granadinos achuchando, dos zapatazos hicieron reaccionar a un Estadio de Gran Canaria que dedicó sus primeros pitos al juego. Primero Víctor Díaz desde 40 metros en el que Raúl tuvo que trabajar y otro de Adrián Ramos más cerca de la frontal se convirtieron en dos toques de atención más serios a un equipo, el insular, que no podía controlar la posesión y que se volvía plano por momentos.

Previsible en ataque y con poca movilidad, la UD era sólo lo que Tana era capaz de inventar. De esa manera, el partido iba por unos derroteros bastante similares a los últimos, sobre todo, al de Elche. Sin poder generar y viendo como su rival comenzaba a probar a Raúl Fernández, el futuro se nublaba un poco para los amarillos justo cuando más lo necesitaba, pero la varita de Rubén Castro apareció.

Mazazo para reiniciar el juego

En una de las primeras apariciones de Araujo con balón cerca del área rival, la magia del ‘7’ se hizo patente porque sacó de un chut del argentino petróleo. ‘El Moña‘ fue capaz de convertir un disparo fortísimo del delantero de Neuquén en una asistencia magistral, en un pase de gol para transformar el aburrimiento en aplausos, desviando con un toque sutil que engañó al portero ese balón que había salido de las botas del ’10’. La UD veía premiado su poco bagaje ofensivo antes del descanso gracias al olfato de un Rubén Castro al que no hay que dejar un metro.

Sin embargo, el arranque de juego no fue nada bueno. En primer lugar, Galarreta se tiró al suelo lesionado y tuvo que ser sustituido por Maikel Mesa a toda prisa cuando no habían pasado ni siquiera 3 minutos de juego, pero el verdadero mazazo llegó a la salida de un córner. Adrián Ramos se adelantó muy bien a su marca y con un cabezazo certero puso el empate para desgracia de los amarillos. Aun así, ponía un poco de justicia dado que sólo el toque de Rubén desniveló la balanza.

Tocaba remar otra vez tras un error defensivo de los que suelen costar puntos. No le quedaba otra a la UD si no quería convertir el empate en una casi derrota.

Con el jarro de agua fría todavía mojando a los jugadores, Las Palmas intentó salir adelante como pudo y tomó las riendas de la posesión. Los hombres de Manolo Jiménez pusieron de su parte para acercarse más, pero no terminaban de culminar hasta el punto que un cabezazo tibio de Araujo fue lo más peligroso de los insulares después del gol nazarí. De resto, el partido se desarrollaba mucho más entre las tres cuartas partes del ataque amarillo y algunas contras visitantes.

Sin generar peligro y sin poder hacer cosquillas de verdad a la zaga del Granada, la UD buscaba conectar con sus delanteros sin demasiado éxito. Por esa razón entró Fidel, con el claro objetivo de intentar mejorar el ataque y abrir un poco más el campo en busca de espacios. Aun así, la falta de movilidad de la ofensiva amarilla era lo suficientemente grave como para no encontrar esos resquicios.

Un final desastroso

El partido alcanzaba los minutos finales y todo estaba por decidir. Las Palmas se había volcado un poco más al ataque sin poder encontrar una ocasión clara, pero al menos estaban dominando y con los delanteros que tienen los insulares todo puede pasar. Los amarillos tocaban en busca del hueco preciso, movían el balón de un lado a otro sin encontrar nada hasta que un centro de Lemos acabó en un intento de control de Maikel Mesa que abrió las aguas para, como en la primera parte, hacer bueno las pocas ocasiones que estaban siendo capaces de crear.

Araujo encontró esa pelota del tinerfeño, controló con el pecho y puso por delante a los grancanarios de nuevo. El estallido era evidente en un Gran Canaria que alentaba a los suyos sin una respuesta clara. Pero al argentino pudo por fin batir a Rui Silva y ahora llegaba la zona Jiménez. Como especialista en cerrar partidos, el sevillano tenía que ayudar a los suyos para dar por bueno esa victoria y cerrar las dudas, pero el desastre final fue bastante imponente como para volver a tropezar.

El Granada tuvo dos ocasiones para empatar el partido, primero por un penalti tonto que paró Raúl Fernández y después con una jugada en la que un mal despeje de Timor le dio a Adrián Ramos la oportunidad de poner un pase a unos metros de la línea de gol para que Rodri pusiese el empate. En otro momento, la UD podría haber ido con todo a por la victoria, pero ahora mismo no le da para ello.

A pesar de la entrada de Pekhart a modo de última bala, Las Palmas se iba a estrellar contra su propia pared. Manolo Jiménez prometió una serie de cosas que no está cumpliendo y, sin capacidad para cerrar las victorias ni rigor suficiente para generar ocasiones, va camino de no acabar la temporada. Y la prueba está en esos últimos minutos de partido donde los amarillos ya eran un juguete roto que ya no podía salvar su pellejo a través de la pegada. Otro empate y ya van unos cuantos, algo que deja claro que los puntos que se escapan no vuelven.

Unión Deportiva Las Palmas vs Granada Club de Fútbol

UD Las Palmas: Raúl; Álvaro Lemos, Deivid, Cala, De la Bella; Timor; Araujo, Tana (Pekhart, 88′), Galarreta (Maikel Mesa, 48′), Danny Blum (Fidel, 71′); y Rubén Castro.

Granada CF: Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Martínez, Alex Martínez (Rodri, 80′); Fede San Emeterio, Montoro; Vadillo (Nico Aguirre, 68′), Fede Vico (Quini, 80′), Antonio Puertas; Adrián Ramos.

Goles: 1-0, Rubén Castro (42′). 1-1, Adrián Ramos (49′). 2-1, Araujo (78′). 2-2, Rodri (86′).

Árbitro: Víctor Franco Areces (Comité Asturiano). Amonestó a Cala (80′)

Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de LaLiga 1|2|3 2018/2019 disputado en el Estadio de Gran Canaria ante 12.056 espectadores.











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