La maldición de la posesión inerte

En un partido donde la UD Las Palmas acumuló un 72% de dominio del balón acabó con una derrota dolorosa que vuelve a poner de manifiesto que es crucial el gestionar bien cómo y dónde tenerla. 

Paco Herrera insistió a lo largo de la semana a sus jugadores que hay que dominar más el balón. Esa premisa, que ha sido importante en los últimos años en la entidad, fue echada por tierra con el guion de encuentro planteado por un Álvaro Cervera que dio en el clavo a la hora de hacer daño a su rival. Si bien es cierto que las contras fueron un dolor de cabeza constante, también hay que recalcar que cuando la UD tenía el balón no supo como aprovecharlo para atacar y defenderse.

Una de las cuestiones que más daño está haciendo a Las Palmas en esta crisis en la que se han sumado 8 puntos de 27 es la falta de claridad a la hora de generar peligro. Los amarillos no consiguen entrar por banda y tampoco por el centro. La falta de movilidad en algunos tramos de partido hace que, por mucho que la posesión sea insular, sea imposible romper a las defensas que tan bien se cierran.

Por ese motivo, por mucho que Tana se ofrezca y se mueva, también necesita que sus socios estén activos. Ayer ante el Cádiz, Araujo le acompañó en esas tareas, pero fue prácticamente el único que se movía para busca recibir entre líneas para ayudar en tareas de creación. Además, con el choque ya perdido, Lemos decidió comenzar a desbordar como un extremo y en una de esas acciones llegó el gol de Pekhart que maquillaría el marcador de una noche oscura para la UD.

Sin embargo, los pocos movimientos de los jugadores grancanarios se une a la lentitud a la hora de manejar la posesión. En muchas ocasiones, Las Palmas mueve el balón sin la velocidad necesaria y eso no ayuda a que se produzcan desajustes en unas zagas tan bien plantadas ante equipos que buscan dominar.

Lo que está claro es que a los amarillos les falta movilidad arriba, rapidez en la circulación y también algo más de desborde para empezar a crecer ofensivamente. A partir de ahí, a buen seguro, ya no habrá tantos problemas para poder salir adelante y las victorias comiencen a llegar. Es lo que necesita la UD, empezar a ganar, pero para poder hacerlo debe mejorar su manera de atacar.

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