El medio argentino ultima los detalles de su recuperación y pronto estará en plenas condiciones de ayudar al equipo sobre el césped. De ese modo, dejará atrás un calvario que lo va a mantener casi un año lesionado.
La cuenta atrás está ya en plena marcha. Gaby Peñalba empieza a ver la luz al final del túnel. Tras casi un año lesionado, con múltiples problemas para diagnosticar del todo su dolencia y con un viaje incluido a Finlandia en busca de una cura definitiva que allí acabó encontrando, su regreso a los terrenos de juego entra en su recta final y ya en el día de ayer participó en el partidillo del primer equipo ante el Esperanza.
Poco a poco y desde que se le diese el alta médica, el argentino ha ido ejercitándose con el resto de sus compañeros. En su proceso de readaptación también se encuentra el hecho de que en su piernas no tiene pretemporada y que su último partido fue en el mes de febrero ante el Sevilla, una cuestión que está llevando al club a llevar con cautela su regreso final, que está fechado para el mes de enero.
En ese sentido, su retorno podría ser una buena ayuda dado el nivel que está mostrando David Timor en los últimos encuentros y la salida de Christian Rivera. Desde que el asturiano se fuese cedido al Huesca, la UD ha adolecido quizás de un poco más de ayuda en ese puesto donde, a los ya mencionados anteriormente, también se encuentra un Javi Castellano que demostrado ser más regular en esa posición.
Por ello, si Peñalba vuelve al nivel que mostró el año pasado, podría ser una gran ayuda para la remontada heroica que debe realizar Paco Herrera al frente de Las Palmas. Un fichaje de invierno que desahogaría las necesidades de los amarillos de encontrar una figura contundente para ese centro del campo que se tambalea en ocasiones.
