No ha sido el mejor año para la UD Las Palmas ni mucho menos, pero con la llegada del día 31 es momento de hacer retrospectiva y hacer balance para encarar el nuevo año con otra cara distinta por muy difícil que parezca.
1 – Encontronazos entre Rémy y Jémez

Lo cierto es que la UD no inició bien el año, dejando incluso algún culebrón como el que veremos más adelante. Sin embargo, el primero de todos fue la guerra dialéctica entre Paco Jémez y Löic Rèmy. El técnico grancanario y el delantero francés se enzarzaron en una batalla en la que sólo podía quedar un ganador, siendo al final el galo el que salió airoso ya que a nivel deportivo salió ganando con su adiós. Aun así, para la historia quedan frases como las de «el entrenador me trato como un pedazo de mierda» o la de «Rèmy es un mentiroso». La hemeroteca no falla.
2 – El fichaje de Emenike
Dentro de los capítulos que ha tenido el 2018 de Las Palmas hay un hueco especial para el fichaje de Emmanuel Emenike. El resbalón el club con el nigeriano fue monumental hasta el punto de que el delantero no llegó a vestir nunca la camiseta amarilla en un partido oficial y ni siquiera pudo ser parte de una convocatoria. Además, su protagonismo pasó a ser extradeportivo y para la posteridad quedan ya sus imágenes en el sur relajado en un hotel o su famosa frase de «tengo sueño, no quiero seguir entrenando». Los meses de Emenike en la isla dan para una serie de Netflix.
3 – La salida de Viera
Fue el gran culebrón del mes de febrero. En plenos carnavales se produjo el adiós de un Jonathan Viera que puso rumbo a China, donde ha sido campeón y donde percibe un sueldo de estrella. El astro grancanario no quiso desaprovechar la oportunidad de su vida e hizo las maletas como cualquier otro habría hecho en su pellejo. Ahí fue cuando Jémez amagó con dimitir y cuando la UD terminó, por así decirlo, de agotar las dosis de magia que quedaban en su ya de por sí lastrada plantilla.
4 – Un empate galáctico
A pesar de todas las circunstancias, poco después de la marcha de Viera llegó uno de esos partidos que pueden cambiar la dinámica de un equipo. Las Palmas recibió al FC Barcelona en lo que todo el mundo preveía como una escabechina, pero al final el equipo amarillo aguantó como un jabato, se sobrepuso a un golazo de falta de Messi y logró un empate que sabía a victoria. La pena fue que los amarillos no consiguieron hacer de ese partido su seña de identidad para lo que vino después.
5 – Las lágrimas de Vicente
Si en el pasado fue Vinny Samways el que quedó como imagen icónica, en este 2018 fue Vicente Gómez el que quedó enmarcado en una de esas fotos que no son fotos, sino que van a cámara lenta. El canterano derramó en un día muy lluvioso unas lágrimas que eran de tristeza y de rabia por una temporada para olvidar, por un descenso consumado en forma de caída libre casi sin tocar fondo. Tras eso llegó una pequeña catarsis en el club que acabó con el intento de iniciar un nuevo ciclo.
6 – El fichaje de Manolo Jiménez
Como golpe de efecto para abrir una etapa renovada, Ramírez movió ficha y contrató a Toni Otero en primera instancia para después incorporar a un Manolo Jiménez que era una apuesta casi segura. El sevillano venía de ser campeón en Grecia y estaba avalado por los resultados. Fue un movimiento claro para construir un equipo ganador, un equipo que, aunque se dejara de lado la filosofía de los últimos años, acabara con una crisis tremenda. El sol salió para la UD, pero no por mucho.