La UD vivirá durante este mes de febrero una cuesta bastante empinada que se ha complicado un poco más por culpa del empate ante el Zaragoza. La Rosaleda, el Municipal de Santo Domingo y el Sporting, serán los termómetros amarillos.
Toda la carne en el asador. Todo en juego en unas semanas. La UD se aferra como puede a una cuerda floja sobre la que hace equilibrio. Paco Herrera sigue empeñado en que va a ser capaz de reflotar el barco y llevarlo hasta donde, por plantel y presupuesto, debería estar. Para ello, tendrá que asumir durante este mes de febrero una cuesta complicada y en la que se va a definir cuál será el objetivo final.
Con la Rosaleda y el Municipal de Santo Domingo en el horizonte, los grancanarios tienen que dar el do de pecho en sus dos próximas salidas. Además, entre medias, recibirá a un Sporting que se encuentra en una situación muy similar al de los isleños, por lo que la dificultad del calendario va a endurecer el camino de la UD hacia una resurrección que no tiene pinta de que vaya a suceder ni a corto ni a largo plazo.
A Las Palmas le está salvando el bajón que ha pegado el Alcorcón. El cuadro alfarero no ha sido capaz de aguantar el ritmo de los de arriba y deja a los amarillos a tan solo 8 puntos de esa zona de Playoff con un partido menos, el del Reus, que podría suponer un pequeño salto en la clasificación, pero teniendo en cuenta que los madrileños también obtendrán esos 3 puntos extras por el adiós reusense.
Sin embargo, el Albacete ya está a 12 puntos y su recaída dentro de la competición es ya muy complicado de ver. Eso obligaría a la UD a una machada imposible para alcanzar esa posición por la que quería pelear a principios de temporada.
Por otro lado, hay que reseñar que los amarillos tiene mucho más cerca el descenso que el Playoff y ese es precisamente el peligro. Los insulares tienen que intentar cerrar esa permanencia para no pasar apuros a final de temporada, una cuestión que no será difícil si sigue con este ritmo más estable a la hora de sumar, aunque tendrán que lograr un par de victorias seguidas para tomar las cosas con calma.
