El entrenador de la UD Las Palmas se juega esta semana su continuidad al frente del equipo. Una derrota frente al Extremadura haría que su segunda etapa en el club acabase esta misma semana.
El comandante del ascenso contra las cuerdas. El técnico amarillo se sentará finalmente en el banquillo este domingo en el partido que el conjunto insular disputa como local ante la Extremadura UD. Desde la directiva se valoró que el técnico fuese destituido y contar con un nuevo entrenador esta misma semana, pero se ha decidido darle una nueva oportunidad, la última.
Las Palmas ha hecho varios amagos de arrancar, pero la realidad es que no lo acaba de hacer. La mejoría de la que habla Paco Herrera semana tras semana es tan real como insuficiente, pues de nada sirve que el equipo entrene de manera espectacular, cierre la portería y encuentre ese equilibrio del que tanto se ha hablado, si eso no se traduce en puntos. El mismo discurso de los brotes verdes se escucha una semana sí y otra también. Quizás sea así pero la realidad es que, si no se gana al equipo extremeño, esos brotes acabarán marchitos y con el fin de la segunda etapa de Herrera.
Desde su llegada al banquillo de la UD el equipo ha registrado unos datos pobres, que no solo no han provocado la reacción del equipo sino que ha empeorado los números cosechados por Manolo Jiménez. El equipo ha sumado 15 puntos de 39 posibles (incluido el partido del Reus), en los que ha recibido 18 goles en 13 encuentros y ha conseguido anotar 11 tantos. En total, trece partidos al frente del equipo grancanario en los que ha cosechado tres victorias (Osasuna, Sporting y Reus), seis empates (Oviedo, Tenerife, Rayo Majadahonda, Nástic, Zaragoza y Málaga) y cuatro derrotas (Cádiz, Lugo, Córdoba y Alcorcón). Los números hablan claro, y el núcleo duro del club amarillo también: No habrán más oportunidades.
