El técnico madrileño ha tratado de levantar el ánimo del equipo desde su llegada con declaraciones optimistas y un cambio total en la dinámica de trabajo, que ha hecho olvidar, tras la victoria ante el Deportivo de la Coruña, el mal momento que atraviesa el conjunto insular.
Pepe Mel afrontó su primera semana al frente de la UD con el difícil reto de llegar a una plantilla que había contado con dos entrenadores durante la temporada, y a la que tenía que convencer de que ganar en Riazor -un campo en el que nadie había ganado esta temporada- era posible. De hecho, en sus primeros días, sin apenas trabajar con la plantilla, ya dejaba claro que eran 14 finales las que quedaban por delante y que se tenía que empezar a ganar desde el primer encuentro.
El técnico, en medio de ejercicios de posesiones y partidillos, repitió en varias ocasiones unas frases que mostraban su conocimiento sobre alguno de los puntos débiles de la UD. Conocedor de la tendencia de los amarillos a ser empatados en los minutos finales, Mel visualizaba el partido en Coruña y en sus primeros entrenamientos gritaba frecuentemente: «Habéis corrido y hecho las cosas bien durante ochenta y cinco minutos. Quedan cinco para el final y la Unión Deportiva gana 0-1, ¿Qué hacemos, vamos como locos y que nos empaten o seguimos haciendo las cosas bien?». Una forma de preparar el aspecto psicológico y a la misma vez hacer ver a los jugadores que los conocía más de lo que podían pensar.
Por supuesto, es más un trabajo mental y táctico que una premonición, pero no deja de ser curioso cómo el transcurso del partido frente a los gallegos hizo que justo la situación trabajada durante sus primeros días al cargo de la UD se diese y el equipo respondiera. Y es que el Deportivo de la Coruña no se acercó al área amarilla en esos últimos instantes de partido, por lo que la segunda victoria a domicilio del curso, junto con los tres puntos, se volvían con la plantilla a Gran Canaria.
