Minutos antes de comenzar el encuentro que cerraba la temporada como local, el periódico Canarias7 hacía entrega, como cada año, el Premio Germán Dévora al mejor futbolista del año votado por los lectores. El premio recayó en el portero Raúl Fernández. Pero en esa foto faltaba el hombre que da nombre al galardón.
En la instantánea, cinco personas. Raúl Fernández, su mujer, su hija, Paco Suárez – director de Canarias7 – y Juan Carlos Valerón en representación del club. Al igual que sucedió los dos años anteriores, cuando los premios recayeron en las figuras de David García y Jonathan Viera, ni rastro de Germán Dévora, síntoma de un posible deterioro entre el Maestro y la directiva del club.
Una leyenda absoluta de la UD Las Palmas en sus casi 70 años de historia que lo ha sido todo para la entidad. Jugador emblema, entrenador, embajador y presidente de honor. Pero ya hace meses – incluso años – en los que no se ve al bueno de Germán Dévora en actos institucionales del club.
Las relaciones entre Germán y la directiva no parecen pasar por los mejores momentos. Cada vez son menos frecuentes las apariciones del Maestro en el Estadio de Gran Canaria y, desde que en 2016 entregara el premio al que da nombre a Roque Mesa, ni siquiera ha saltado al césped para entregar este galardón.