Una despedida en diferido



Nadie sabe a ciencia cierta si ha sido la última vez que Momo – con 206 partidos defendiendo los colores de la UD Las Palmas – ha vestido los colores amarillos en el Estadio de Gran Canaria. Una circunstancia injusta con un futbolista que ha sido santo y seña de una generación salida de la cantera del club.

Tenía toda la pinta de serlo. Pero, ¿y si no? ¿Y si de repente Momo entrara en los planes de la dirección deportiva y continúa un año más en el club? Y, lo que es más grave… ¿y si realmente era lo que parecía y nadie preparó nada para despedir a un futbolista histórico? En cualquier caso, la UD vuelve a ejemplificar el escaso nivel de detalle con sus empleados (hasta los más longevos parecen simplemente eso) y con su afición.

El cuarto árbitro levantó el cartelón y todos presagiaban que luciría el 11 de Momo. Srnic le daba el relevo pero el zurdo se lo tomó con calma. Se paró, emocionado, y fue a saludar al árbitro y a su buen amigo David García. Brindó un aplauso al público con olor a despedida y este se lo devolvió agradecido al personaje ejemplar que ha sido siempre el de Las Torres.


Qué bonito habría sido acordar – y anunciar – antes del encuentro que eran los últimos minutos de Momo en la UD Las Palmas. Tal vez, solo tal vez, el ambiente hubiera estado menos enrarecido. Tal vez se hubiera visto menos plástico en las gradas. Tal vez la afición hubiera visto von buenos ojos una acción positiva (por fin) del club. Pero nada de eso. La ovación del ‘por si acaso’ llegó y se fue sin certeza de saber qué se aplaudía.

Pero, ahora, pongámonos en un escenario aún peor. Imaginen que la UD decide no renovar a su capitán, emblema y jugador con más partidos en la historia del club. Ayer pudimos presenciar los últimos 90 minutos de David García y nadie pudo despedirse de él. Momo y David; David y Momo. Dos jugadores que gozan del respeto de la parroquia pero que no saben si podrán seguir honrando su escudo ante su afición. En el peor de los casos, habrá que recurrir al mito de la ‘despedida en diferido’. Un despropósito más a añadir a la lista.