Este 21 de junio se cumplió cuatro años desde el ascenso de la Unión Deportiva Las Palmas a Primera División. Desde ese mismo instante de felicidad e ilusión la comunión club-afición ha ido cayendo en picado hasta mínimos históricos.
Que el sentimiento hacia la UD Las Palmas es imposible de matar es un hecho. Que el aburrimiento, desazón y sensación de maltrato hacia el aficionado es una realidad es otro. Este viernes se cumplían 4 años desde el histórico ascenso del conjunto grancanario a Primera División. Mucho ha llovido desde aquel 2-0 ante el Real Zaragoza que permitía a la UD volver a la gloria.
Pocos días después del ascenso llegaría la primera gran desilusión: unos precios de Champions League para abonarse. El impuesto revolucionario que debía pagar una afición con muchísimos años de sufrimiento a las espaldas por ver a su equipo en Primera. El distanciamiento comenzó, y las palabras de Miguel Ángel Ramírez apuntando a que el Canal Plus también era una opción para ver a su equipo, empezaron a abrir la brecha.
Al año y medio de Setién le ha seguido un auténtico calvario. Jornada tras jornada, decisión tras decisión, fichaje tras fichaje, el club amarillo ha dado palos de ciego. Con una directiva desnortada, emborrachada de éxito, acumulando frases hirientes que el aficionado no ha borrado de su cabeza.
Tras el descenso a Segunda División se trató de hacer un equipo competitivo. Un equipo que no funcionó, con tres entrenadores y unos jugadores con los salarios más altos de la categoría. Otro año en el que la brecha se abrió más. Cada jornada, menos aficionados en las gradas, más críticas en redes sociales, más comentarios hacia un solo escenario: «al Estadio no regreso más». Un divorcio a la vista.
Recuperar a la afición
De nada sirvió que en el regreso a Segunda las renovaciones fueran gratuitas. Fue un gesto para salvaguardar la credibilidad de la masa social, tratar de apaciguar fuegos y enmendar errores del pasado. La temporada terminó por dinamitar ese detalle que muchos catalogaron como limosna.
En las últimas semanas la UD Las Palmas ha tratado de acercarse a los aficionados. Varios colectivos han pedido cita en el club para llevar sus soluciones, ideas y sugerencias. Se ha creado un buzón del aficionado y creado dinámicas con la Federación de Peñas y el Colectivo Faro Amarillo.
Han participado activamente en el diseño de la próxima Campaña de Abonados, que se presentará la próxima semana. Un día importante para que este divorcio desde hace 4 años comience una nueva etapa. Una posibilidad compleja, pero necesaria. Sin un arreglo, este club apunta al abismo.