La fractura social entre la UD Las Palmas y su afición no es solo palpable en el Estadio de Gran Canaria. También es digital. En las últimas semanas, el departamento de comunicación del club ha bloqueado de sus redes sociales a aquellos usuarios que utilicen los hashtags #RamírezVeteYa o #RamírezVendeYa. Unas medidas de censura que se le están volviendo en contra: los aficionados amarillos han comenzado a dejar de seguir a la UD por iniciativa propia.
‘En la UD se aceptarán las críticas, pero no las campañas dirigidas’. Es el motivo que deslizan desde el club para explicar el bloqueo masivo a los fieles seguidores de Las Palmas que piden cambios en la directiva a través de las redes sociales. Desde que la Federación de Peñas y la directiva separasen sus caminos y se estableciera el #RamírezVeteYa como leit motiv de los peñistas, el departamento de comunicación del club no quiere saber nada de sus aficionados más exigentes.
Tanto es así que ya son cientos los usuarios que están bloqueados por la UD. De hecho, esa medida censora le ha llegado incluso al Colectivo Faro Amarillo, una agrupación de aficionados que trabajó codo con codo con el club y la Federación de Peñas en la elaboración de la campaña de abonados en este verano. No importa quién seas: el bloqueo está asegurado si se pide la marcha del presidente.
Esta medida se le ha vuelto en contra al club. Motu propio, los aficionados están dejando de seguir a su equipo del alma a través de twitter, el medio por el que la UD Las Palmas informa con mayor asiduidad de sus noticias. Las redes sociales del club también se alejan de los seguidores, que en cada partido disputado en el Gran Canaria reflejan su desencanto. Todo lo contrario a lo que debería ser una relación fluida entre una entidad y sus fieles en el momento que más se necesitan.
