Mucho se ha hablado de lo diferente que va a ser la situación de la UD Las Palmas en los meses de diciembre y enero. Ya entrados en las últimas semanas de 2019, la enfermería de la primera plantilla está camino de vaciarse por primera vez en la temporada tras tener más de una decena de inquilinos de forma simultánea.
Un bendito problema para Pepe Mel: tener que hacer descartes de cara a los partidos de liga. El entrenador madrileño, que ha tenido que hacer malabares para formar onces con fichas profesionales y completar convocatorias con canteranos – este último fin de semana el equipo contó con diez bajas y Pablo Haro tuvo que entrar entre los citados -, va a tener el quebradero de cabeza opuesto: elegir a quién dejar fuera cada domingo.
Pese a que sigue habiendo jugadores cuyo regreso se dilatará en el tiempo (Dani Castellano y Drolé son los casos más evidentes), y que hay otros que ya trabajan de forma individual aunque su vuelta a la competición se demorará unas semanas – Raúl Fernández y Rubén Castro -, los galenos de la UD se pueden tomar un respiro. Y es que el vestuario recupera para la causa a nombres propios importantes como Sergio Araujo, Álvaro Lemos, Fabio y Cedrés, que podrán estar disponibles ante el Elche.
Además, se suman a la lista de alegrías los retornos de los sancionados, los centrales Aythami Artiles y Martín Mantovani, que se postulan como los teóricos titulares en el centro de la zaga. Por el lado negativo, la UD pierde a Kirian, sancionado con un partido por acumulación de amonestaciones tras la amarilla vista ante el Numancia.
Por lo tanto, contando con los futbolistas habituales con ficha de filial (Pedri, Fabio y Valles), el equipo contará con hasta 22 nombres propios para el encuentro ante el Elche, lo que obligará a Mel a descartar a cuatro jugadores para la visita a Alicante. Cada vez son más adeptos los que se suman a la causa en una UD que ilusiona.