Último entrenamiento del año para la primera plantilla de la UD Las Palmas, que ha festejado un final mucho más feliz que lo que supusieron los primeros meses de 2019. Con el equipo aspirando al ascenso a la Primera División y practicando un fútbol que ilusiona, los de Pepe Mel han brindado por un próspero 2020 en el que los sueños se cumplan.
Primer brindis al sol en la nueva casa de la UD Las Palmas. La Ciudad Deportiva del club recibió esta mañana la visita de todo el plantel y la directiva para unirse y celebrar el final de año este 31 de diciembre. Ha sido, además, en una jornada de puertas abiertas para la afición, que ha podido presenciar in situ el último entrenamiento del año del equipo dirigido por Pepe Mel, que este próximo sábado se enfrenta al Fuenlabrada en Madrid.
Pese al mal arranque de 2019, en el que la UD divagó por la categoría de plata con un proyecto diseñado para ascender, la reconstrucción de la plantilla parece haberle sentado bien al club. Ahora, el sueño de regresar a la Primera División es real y, aunque Jonathan Viera tenga todas las papeletas para no continuar de amarillo, la afición y la plantilla creen que el equipo está preparado para asaltar los puestos nobles de la categoría.
El primer rival del año nuevo no lo pondrá fácil. El Fuenlabrada, equipo revelación de la primera vuelta, ya conquistó el Estadio de Gran Canaria de manera holgada en el mes de octubre (1-3), y se mantiene cuarto clasificado a dos puntos de puestos de ascenso directo. La UD viajará el viernes a Madrid con los propósitos de año nuevo claro: no sufrir más lesiones y mantenerse en la pugna por los puestos ilusionantes de la tabla. Quien llegue a mayo en mejor forma, se llevará el gato al agua.
