Es la gran pregunta que se hace el aficionado amarillo: ¿Cómo va a jugar la UD tras la llegada de Diego Martínez al banquillo? Es difícil dar una respuesta sin ver al equipo en acción, pero si que se puede indagar en las experiencias pasadas del técnico gallego para conocer un poco más su planteamiento.
Diego Martínez Penas (Vigo, 1983) se convirtió en entrenador de la UD Las Palmas el pasado 8 de octubre, 10 meses después de haber sido cesado como entrenador del Olympiacos, a pesar de perder tan solo 5 de los 22 encuentro en los que dirigió al equipo griego.
El gallego, que dejó de jugar al fútbol a los 20 años para centrarse en estudiar INEF y ser entrenador, comenzó su carrera en equipos de barrio andaluces. Llegó a la cantera del Sevilla, y tras pasar por el 3º filial y el juvenil del equipo hispalense, desde 2012 hasta 2014 fue ayudante en el primer equipo, tanto con Míchel como con Unai Emery, con quién ganó una Europa League. En la temporada 2014/2015 se haría cargo del filial sevillista, al que ascendió a Segunda División en su segunda temporada al frente del banquillo y consiguiendo la permanencia en la categoría de plata al año siguiente.
Después, en la 2017/2018 cogió las riendas del Osasuna en 2º división, pero solo estuvo una temporada en Pamplona al no conseguir meter al equipo en playoff de ascenso. En la 18/19 firmó por el Granada, equipo con el que haría historia. En su primera temporada ascendió al equipo a Primera División, en la segunda obtuvo una increíble séptima plaza que le otorgó el derecho a jugar Europa League y en su tercera y última temporada el Granada cayó en los cuartos de final de la competición europea dando la cara ante el Manchester United, en semifinales de Copa del Rey ante el FC Barcelona y acabó en una más que meritoria 9º plaza en Liga.
Dejó el Granada tras tres años de éxitos constantes y se tomó un año sabático en el que aprovechó para irse a Inglaterra a estudiar inglés y ver partidos de la Premier. En la 22/23 Martínez firmó con el Espanyol, aunque solo duró 27 jornadas. Fue su última experiencia en España antes de embarcarse en el proyecto (fallido) del Olympiacos al inicio de la pasada temporada (23/24).
¿Qué rasgos tácticos y de juego describe a Diego Martínez?
Una vez vista su trayectoria, el denominador común que encontramos en todos sus equipos es un 4-2-3-1 “de manual”. Es su formación favorita, la que ha intentando implantar en todos sus equipos. Sin embargo, algo que caracteriza a este entrenador es que es muy “camaleónico”, no solo adaptándose a la materia prima que tenga en la plantilla, sino también interviniendo mucho en el desarrollo de los partidos ajustando posiciones y esquemas según demande el devenir del juego.
Partiendo de ese 4-2-3-1, sus equipos pueden incorporar matices para parecerse más a un 4-3-3 o a un 4-1-4-1 e incluso ha planteado en momentos puntuales, sobre todo en el Espanyol, defensas de tres centrales, ya sea en un 3-4-3 o en un 5-4-1.
Todo este batiburrillo de formaciones no es más que un estándar, pues en el fútbol moderno ya se sabe que las posiciones no son fijas y actualmente se opta más por hablar de ocupación de espacios que de formaciones estancas como en antaño. Pero si deja a las claras la capacidad de adaptación y manejo de diferentes propuestas por parte del preparador gallego.
Lo que está claro es que los equipos de Diego Martínez no se caracterizan por acumular muchos pases por partidos. Han sido equipos que, aunque no renuncian a salir jugando desde atrás, no se complican en la salida del balón. La solución más utilizada por el técnico gallego es la de tener a un punta de referencia, que sepa tanto peinar balones como retenerlos para jugar de cara con sus compañeros.
En Granada fueron Soldado y Jorge Molina, mientras que en el Espanyol fue Joselu quien tuvo ese rol. En Las Palmas Oli McBurnie da con el perfil prototípico de delantero que demanda el nuevo entrenador, aunque no hay que descartar que Jaime Mata pueda tener oportunidades en esa demarcación.
Sin embargo, no se trata de dar balonazos sin sentido para que el delantero luche y ya. Diego Martínez plantea este juego directo con dos premisas muy claras:
Alejar la defensa del área propia y; pasar el máximo tiempo posible en campo rival.
El estilo de juego del técnico gallego también se fundamenta en ser un equipo que juega muy junto y que está bien organizado. Así, Diego Martínez consigue otra de las señas de identidad de sus equipos:
La presión alta.
Siguiendo un pretexto muy simple, pero muy inteligente:
Mientras más alta sea la presión, menos metros tendrás que recorrer hacia área rival para crear peligro cuando robes el balón.
La intensidad en los duelos y ganar segundas jugadas –algo en lo que la UD ha fallado bastante en este inicio de temporada- serán indispensables para que este plan de juego salga bien.
Es decir, no vamos a ver a una UD atenazada y encerrada en su área. Todo lo contrario. Veremos a un equipo valiente, con la línea defensiva adelantada para presionar alto – y por tanto asumiendo riesgos- y que intentará que, lo que tenga que ocurrir en el juego, sea lo más lejos posible de su área.
¿Y cuando no tenga el balón?
Como decíamos antes, los equipos de Diego Martínez se caracterizan por la presión alta. Un estilo de juego que demanda un nivel físico muy alto y que es muy complicado mantener durante los 90 minutos. Por lo tanto, cuando no sea posible llevar a cabo ese tipo de presión, la UD presumiblemente planteará un bloque medio, es decir, no se encerrará en la frontal del área.
Con la instrucción de ser un equipo compacto, Diego Martínez suele disponer a sus jugadores de tal manera que consigue reducir los espacios en el centro para que el rival no pueda circular y se vea obligado a atacar por banda.
Tanto al final de la pasada temporada como en este inicio de liga, hemos visto que uno de los puntos débiles de la UD es la mala defensa de los centros laterales, por lo que el nuevo míster deberá trabajar en esa solidez defensiva para reducir la sangría de goles que ha sufrido la UD en este inicio de liga.
El balón parado.
Este aspecto del juego también es una seña de identidad y un muy importante en la libreta de Diego Martínez. En la temporada 2019/2020, el balón parado se convirtió en el arma más valiosa del Granada y es que el equipo nazarí fue el 3º conjunto que más goles anotó en jugadas de estrategia.
Hablamos de un entrenador que no solo le pone atención al balón parado ofensivo, sino que también incide mucho en el balón parado defensivo y que posiblemente estuvo a la vanguardia en este aspecto del juego durante su etapa en Granada, por lo que seguramente potenciará e incidirá en este aspecto del juego también en la isla.
Los perfiles en el once
Vaya por delante que las próximas líneas pueden ser lo más parecido a un concurso de triples de la NBA que se pueda leer. Pero repasando formaciones y jugadores más utilizados por Diego Martínez en sus anteriores etapas, podremos sacar un primer boceto de una posible alineación de la UD.
En defensa, Diego Martínez suele apostar por centrales contundentes (Germán y Domingos Duarte en Granada, Aridane en Osasuna o Leandro Cabrera en el Espanyol), por lo que Scott McKenna y Álex Suárez tienen muchas papeletas para ser importantes. Eso sí, teniendo un jugador de la talla de Mika Mármol será difícil para el entrenador conformar esa línea defensiva.
Además, los laterales y los extremos que suele usar Martínez tienden a ser complementarios entre sí. Si por un lado suelen coincidir un lateral profundo con un extremo a pierna cambiada, en el contrario suele haber un lateral más defensivo con un extremo a pierna natural. Es por eso que podrían acabar Mika Mármol y McKenna como pareja de centrales con Alex Suarez en el lateral derecho, lugar en el que ya rindió bastante bien con Pimienta.
Fijándonos en la plantilla de la UD y en lo que han hecho los anteriores entrenadores, podríamos aventurarnos a decir que por el lado izquierdo jugará Moleiro, con tendencia obviamente a irse al centro (a continuación explicaremos el papel de mediapunta en los equipos de Diego Martínez) y en ese carril izquierdo seguramente aparecerá Alex Muñoz para ocupar los espacios que deje el ‘10’ amarillo. Por el lado contrario con Alex Suarez cubriendo el lateral, serían Marvin o Sandro los que ocupen esa banda derecha a pierna natural.
En el centro del campo, y por el rendimiento prestado en estas 9 jornadas de liga, es fácil pensar que el jefe del doble pivote será Dario Essugo que promedia 5 recuperaciones por partido y un 91% de acierto en el pase. Y que ha demostrado también una superioridad física notable en comparación a sus compañeros de demarcación. La gran duda estará en su acompañante.
En Granada, Yangel Herrera era el futbolista indispensable para Diego Martínez, y su acompañante alternaba entre la pausa y calidad de Montoro, un perfil más defensivo como Gonalons, o perfiles más físicos como Azeez o Eteki. Incluso en el Espanyol llegó a jugar con un central como Calero en el pivote y dos mediocentros más adelantados quitando así la figura del mediapunta.
En la actual UD, la competencia entre Kirian, Loiodice, Javi Muñoz, Campaña o Fabio por hacerse un hueco en el once será más que interesante.
En cuanto a la media punta, el técnico gallego suele jugar con un perfil técnico pero que pueda ir al espacio, sobre todo cuando el delantero referencia peine los balones largos. En la plantilla de Las Palmas hay un nombre que sobresale por encima del resto en estas aptitudes: Fabio Silva. Es ese jugador capaz de combinar entre líneas, trabajar en la presión y también correr al espacio en esos balones largos peinado. Ya ha aportado un gol esta temporada, y a día de hoy, por condiciones, podríamos decir que es el máximo candidato a ocupar esa posición.
En la delantera, como adelantábamos anteriormente, Diego Martínez demanda jugadores que vayan bien en el juego aéreo, pues el balón largo a este jugador será un recurso muy recurrente. En este contexto, McBurnie es el delantero prototípico para desarrollar esta manera de jugar y se perfila como el claro candidato a ser titular, pero la veteranía de Jaime Mata (al igual que Soldado o Jorge Molina en Granada) puede convencer al técnico. El que parece difícil que encaje con esta manera de entender el juego es Marc Cardona, aunque este si podría ser un perfil interesante y a tener en cuenta en la mediapunta.
Con 28 jugadores en plantilla, Diego Martínez tiene infinidad de recursos para plantear los partidos. Esto es solo un análisis de lo que ha hecho anteriormente en sus equipos y de como, sobre el papel (o la pantalla en este caso), lo puede adaptar a la actual UD Las Palmas, pero cualquier parecido entre el once inicial en Mestalla y lo que se ha escrito en las últimas líneas será pura coincidencia, pues hay muchos aspectos internos y de dinámicas del equipo que se escapan de análisis basado en el pasado de un entrenador.
El gran reto de Diego Martínez
Estos son, a grandes rasgos, los elementos del juego que han caracterizado a los equipos de Diego Martínez en sus anteriores experiencias. Pero existe una circunstancia en su llegada al banquillo de la UD Las Palmas que no hay que pasar por alto:
Es la primera vez en su carrera que el técnico coge las riendas de un banquillo con la temporada ya empezada. En todas sus anteriores etapas como entrenador, ha iniciado siempre el proyecto desde verano, incidiendo en mayor o menor medida – según le haya dejado cada club – en la confección de la plantilla.
Es de sobra conocido que hay entrenadores que son verdaderos expertos en revitalizar equipos que están en apuros. Con Diego Martínez, este aspecto es toda una incógnita, y es, sin duda, un reto mayúsculo para un entrenador que ya ha demostrado que es capaz de encabezar proyectos, pero que ahora debe demostrar que también sabe cambiar el rumbo e imponer su idea en un equipo que se ha acostumbrado a la derrota en los últimos meses.