El ahora guardameta de la UD Las Palmas se convirtió en el héroe inesperado de un partido que, posteriormente, sería clave para que River Plate terminase como campeón del Torneo Final de 2014.
River Plate llegaba a la 17ª fecha del Torneo Final de 2014 ocupando la segunda plaza de la competición argentina, a tres puntos de Gimnasia y teniendo enfrente como rival a Racing de Avellaneda. Los millonarios estaban generando ilusión entre sus aficionados, se veían con posibilidades de conseguir el título y el paso de las semanas afianzó el sueño. El Monumental presentaba aquella noche una de esas entradas que acongojan a los rivales y que empuja a una escuadra hacia la victoria, y los chicos de Marcelo Gallardo no iba a decepcionar a su hinchada en el inicio de encuentro.
El partido empezó de la mejor manera posible gracias a un gol de Cavenaghi antes de alcanzar la media hora, aunque Racing reaccionó rápido y Villar puso la igualada. No obstante, Carmona justo antes del descanso y otra vez Cavenaghi poco después de ese receso colocaban a River en una situación idílica para afrontar de la mejor manera posible lo que restaba para el final. Todo era de color franjirrojo y los cánticos en favor de los héroes millonarios adornaban la noche bonaerense hasta que Gabriel Hauche recortó distancias para darle una pizca más de emoción al choque.
Y lo peor ocurrió en forma de penalti clamoroso en el tiempo de descuento que consiguió encoger los corazones de la hinchada de River. El empate, a dos jornadas para finalizar la competición, sería un jarro de agua fría para un club que había sentido en sus carnes lo que era descender a Segunda División. La afición tenía un grito contenido desde el 2008, momento en que conquistaron su última Liga, pero parecía que la gloria les esquivaba cuando Ariel Rojas tocó ese balón con la mano dentro del área.
El Monumental se mordía las uñas en el momento en que el ‘Chino’ Saja se dispuso a ejecutar ese penal que podría dejar muy tocado a River en la carrera por el título. Bajo los palos de la meta de los millonarios estaba un joven Leandro Chichizola, un portero sin demasiada experiencia y que había tomado las riendas ante la lesión de Marcelo Barovero, el guardameta titular durante todo el torneo.
Los nervios estaban a flor de piel al ver a un imberbe arquero teniendo en sus manos las opciones de River Plate en la pelea por la Liga. Saja clavó su mirada en la portería, arrancó y tiró a la izquierda de un Chichizola que adivinó las intenciones del lanzador, atajando el disparo con mucha solvencia. Racing tuvo la oportunidad de la igualada en la cabeza de uno de sus jugadores tras el rechace de la parada, pero la diosa fortuna se alió con ‘Chichi’ para que la bola pasara por encima del travesaño.
Aquella noche Leandro Chichizola le dio los tres puntos a River que, semanas después, terminarían siendo decisivos para agarrar el Torneo Final. «Se dio como lo soñé y para eso siempre pienso en positivo. Estoy muy contento y feliz, y agradezco el apoyo de mis compañeros y cuerpo técnico; trabajé para este momento», comentaba el propio protagonista después del encuentro al Diario Clarín.
Era su momento y lo aprovechó de lleno, siendo capaz de mantener la calma a pesar de la responsabilidad que tenía. Lo cierto es que el portero de Santa Fe cayó de pie en una entidad como la millonaria gracias a paradas como las de ese 4 de mayo de 2014, y ahora buscará hacer lo propio en su nueva aventura en la UD Las Palmas.