El centrocampista lagunero, que fue canterano del Tenerife hasta cadete, vivirá hoy un duelo regional diferente por estrenarse en este tipo de partido y por el morbo que entraña su reencuentro con los chicharreros.
Bajo la lupa. Maikel Mesa, en el centro de las miradas. El medio tinerfeño es uno de los jugadores que más vigilados van a estar en este primer derbi en tres temporadas tanto por sus sinceras palabras hacia el Tenerife como por su condición de ‘foráneo’ en otra isla. Todos esos ingredientes ponen al ex jugador del Nàstic en una posición en la que va a estar bastante vigilado, pero no le importa.
La personalidad del centrocampista de La Laguna es una de sus principales virtudes y no estará ni mucho menos nervioso ante esta afrenta. Sea titular o suplente, cuando le toque salir, lo hará con todo, como siempre, sin cambiar una coma en el guion, sin tocar aquello que domina. Por eso, da igual que el rival sea el equipo chicharrero, aunque es evidente que habrá una pizca de pique especial en este duelo.
«El Tenerife es un club que me da un poco igual», señaló en una amplia entrevista en la radio oficial de la UD hace ya unos meses, algo que se sumaba a otras declaraciones en su presentación oficial que hablaba sobre marcar en este partido «Ojalá marcar y que sirviera para ganar el derbi», exclamó el ‘8’ amarillo.
Sea como sea, es uno de los nombres propios del partido sin haber empezado y un gol suyo podría suponer mucho para los dos bandos. Maikel fue canterano del cuadro blanquiazul hasta que en cadetes decidieron que no siguiera en la cadena de filiales. El lagunero no guarda rencor ninguno, ya lo ha dicho en repetidas ocasiones, pero ahora defiende los colores de Las Palmas y se debe a ellos.
