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Capítulo II
Capítulo I - Capítulo III

"Estadio Insular: Medio Siglo de Historia"

Con el cierre del legendario Campo de España, convertido en canódromo, el estadio Pepe Conclaves vino a suplir en parte la necesidad de terrenos de juegos en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria,. Este campo de fútbol pertenecía a la Junta de Obras del Puerto de la Luz y había sido construido con gran sacrificio por los aficionados del Real Club Victoria. En él se jugarían inolvidables partidos de rivalidad isleña, con la participación de míticas figuras que permanecerán siempre en nuestro recuerdo. Su historia, aunque intensa, fue breve, cerrando sus puertas el 24 de Diciembre de 1944, en un encuentro dónde el Atlético Club se imponía al Club Deportivo Gran Canaria por una mínima diferencia de 2-1.

La apacible, por aquel entonces, ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, había ido creciendo, duplicando en pocos años su población, que ya contaba con un censo de 150.000 habitantes, y demandaba a gritos un escenario más grande. Por otra parte, los mandatarios y fieles seguidores del Marino C.F., cansados de la hegemonía que ejercía el Real Club Victoria sobre el estadio, teniendo incluso que tener que ir a entrenar al campo de sus eternos rivales, decidieron construir su propio terreno de juego, enmarcándolo en el centro geográfico de población de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Ya en épocas pretéritas D. Gregorio de León Morales había intentado la construcción de un gran estadio para el Marino C.F., pero después de grandes dilaciones, la idea no llegaría a prosperar, teniendo que esperar casi 20 años para ver su sueño hecho realidad.

Eufemiano Fuentes Díaz: Nervio del Proyecto

La posibilidad de construcción del estadio comenzó a tomar visos de realidad cuando accedió a la presidencia del Marino C.F. el destacado empresario, Eufemiano Fuentes Díaz. La directiva por él presidida y la valiosa colaboración de un grupo de marinistas decidieron acometer esta magma empresa, dotando a la ciudad de un magnífico estadio para la época. Entre estos abnegados colaboradores podríamos destacar a Isidro Miranda, Luis Suárez Acosta, Francisco Alonso, Manuel Miranda, Domingo Salas, Manuel Doreste, Isidro Godoy y Juan Rodríguez Doreste, que fue secretario de la comunidad constructora.

A este estadio se le denominó en un principio Estadio de Gran Canaria, aunque muchos aficionados lo vincularan al Marino C.F., por ser el propietario de la obra, llamándolo Campo del Marino. Conviene destacar que el Cabildo Insular en 1951 fue cuando compró el estado del Marino, y cuando pasó a denominarse Estadio Insular.

Proyecto de la Obra

El proyecto de la obra se le encargó al arquitecto D. Fernando Delgado, y la construcción a D. Alfredo Farray. En un principio se pensó ubicarlo en los arenales de Paseo de Chil, no pudiéndose llevar a efecto porque uno de los solares era de un seguidor del Victoria C.F., que a pesar de muchos ruegos no accedió a su venta, con lo que demuestra la gran rivalidad que había entre este equipo y el Marino C.F. Entonces, hubo que fabricarlo orientándolo hacia el mar, que es la posición que ocupa en la actualidad.

En la construcción del Estadio se trabajó en turnos de 24 horas bajo una gran expectación, terminándose los trabajos del recinto deportivo en un tiempo récord: 7 meses.

Por la noche los trabajadores utilizaban reflectores para iluminar el lugar, que exceptuando unas pocas casa en la naciente, estaba completamente desierto. El terreno de juego se construyó al principio con unas medidas de 105 x 68 metros, con una pista de 6 metros de ancho que posteriormente fue acortada. Fue removido a una profundidad de un metro, estando los desagües unidos a la red General del Estadio, situada a unos 200 metros de la playa.

En al primera fase, el estadio estaba registrado para un máximo de 8 000 espectadores. Luego, al iniciar la reforma de la corporación insular, se incrementaría a veintidós mil localidades.

El importe e inmaterial de obra exclusivamente, según comunicaron a los medios informativos los señores encargados de la obra, era de aproximadamente dos millones de pesetas, pero el coste total de toda la instalación fue de dos millones y medio de pesetas.

Hay que destacar la gran generosidad de los señores marinistas y en especial a su presidente, Don Eufemiano Fuentes Díaz, que ocho años más tarde lo vendieran al Cabildo por esa misma cifra. La corporación insular, en agradecimiento, los recompensaría con un asiento vitalicio.

 

La Bendición

Un día de navidad, 25 de diciembre de 1944, fue la fecha señalada para la bendición e inauguración del Estadio Insular. El religioso acto de bendición del estadio, tuvo lugar a las 12 del día. Acudieron al campo autoridades civiles y militares, federativos, representaciones de clubes filiales y numerosas personas invitadas. La ceremonia religiosa estuvo a cargo del arcediano de Canarias D. Pedro López Cabeza que fue auxiliado por el párroco de la jurisdicción D. José Espino.

Vino de Honor

En el Hotel Parque se sirve un vino de honor sobre la 1 de la tarde. Lo ofrece la gerencia del campo. Asisten las autoridades, elementos directivos del deporte y numerosas personas. El alcalde la ciudad pronuncia unas palabras destacando la importante significación del estadio que se va a inaugurar.

Inauguración

Desde muy temprano comenzó la afluencia del público para el partido inaugural y sobre las 4 de la tarde ya presentaba el Estadio Insular una entrada inmejorable.

La selección de Las Palmas viste camisa blanca y pantalón azul; la del Puerto elástica roja y pantalón blanco. Formados todos los jugadores en el medio de campo se procede a la imposición de la medalla al Mérito Deportivo a D. Eufemiano Fuentes Díaz, nervio y corazón de gran empresa. Es D. Fernando Rivero del Castillo quien, como presidente de la Federación saliente, le impone tal distinción. Fue un momento muy emotivo dedicándose el acto una gran ovación.

La señora de D. Eufemiano Fuentes Díaz sería la encargada de efectuar el saque de honor. El partido comenzaba con las siguientes formaciones:

Por parte de la Selección de Las Palmas: Cristóbal; Victoriero, Naranjo; Jerónimo, Campos, Méndez; Pinilla, Polo, Oramas, Molowny y Cabrera.

Y por parte de la Selección del Puerto: Hernández; Cástulo, Pérez; Mentado, Medina, López; Pacuco, Tomás, Jorge, Gallardo y Oramas.

Polo, autor del primer gol

Comenzó el juego llevando la iniciativa el conjunto de la selección de las palmas, y alos tres minutos se anotó el primer tanto. Una jugada rápida por la derecha de Cabrera es aprovechada por Polo, que marca y se convierte en el primer anotador de la historia del Estadio Insular. Seguidamente la Selección del Puerto toma la iniciativa con varios centros de Pacuco desaprovechados por falta de profundidad. Esta primera parte terminaría con ventaja de la Selección de Las Palmas. Durante la misma, se lanzó un penalti al marco de Cristóbal, rechazándolo el palo. La pena máximo fue fallada por Pacuco Jorge. En la segunda parte se registraron algunos cambios, por la selección del Puerto entrarían al terreno de juego; Pérez, Caraballo, Cordero, Quintero, Silva y Moreno. Por el bando de la selección de Las Palmas se nota la ausencia de Campos, pasando Polo a la medular y Zuppo al interior derecho. En esta segunda mitad, la selección del Puerto presionaría más, y el portero Cristóbal tiene que emplearse a fondo. Cuando mayor era el dominio del conjunto del Puerto marcó la selección de Las Palmas por parte de Oramas. En los últimos minutos la selección del Puerto reduciría distancias con un precioso gol de Cordero. El conjunto de las palmas fue dirigido por Jesús Navarro, mientras que para la selección del Puerto fue designado Nicolás Martinón. El árbitro fue el Sr. Díaz Casanova, sin complicaciones.

Hacia la Construcción del Gran Estadio Insular

Bajo la consigna "Todo por el deporte" el presidente del Excmo. Cabildo Insular, D. Matías Vega Guerra, prometió que el fútbol canario no declinaría por motivos económicos, haciéndose el Cabildo propietario del Estadio de Las Palmas, que como habíamos dicho antes pasó a denominarse Estadio Insular. Los señores Suárez Válido y Luis Navarro Carló fueron los consejeros firmantes de la moción presentada al Presidente del Cabildo para la compra del Estadio por dicho organismo. Al merecer la moción la unánime acogida de las corporación insular, los dos fueron agregados a la comisión de Deportes del Cabildo, en dónde también figuró el Sr. D. Fernando Rivero del Castillo. En esta segunda fase se edificó la grada curva de poniente, aprovechando el espacio que tenía entre sí, y enlazándola con la amplia grada de General, fabricándose el segundo tramo de proyecto hasta la zona de Naciente. La capacidad del estadio se incrementaría al finalizar las obras a 22 000 localidades. Estas obras se llevaron a cabo de forma vertiginosa luchando contra el tiempo para que pudieran estar totalmente finalizadas en la presentación del equipo al principio de la liga. Cuatro compañías trabajaron en dichas obras: La Hidráulica, D. Fernando Delgado, D. Alfredo Farray y Elejabeita. El Sr. Picart, conservador del gran estadio de Montjuich, se encargaría de dotar al recinto de césped, empleando 2500 Kg de semillas holandesas para la tarea de plantación. El nuevo Estadio fue inaugurado con todas las galas el 9 de Septiembre de 1951, coincidiendo con el debut ligero de la UD Las Palmas, en primera división, contra el Real Madrid.

 

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