Tropezando con la misma piedra durante toda la temporada

Foto: Gabriel Jiménez (udlaspalmas.NET)

CONTRACRÓNICA | La UD vuelve a caer derrotada en un partido en el que el Atlético salió con las ideas mucho más claras y con el objetivo de marcar cuanto antes. La fragilidad y la pasividad del conjunto de Quique Setién vuelven a ser protagonista una vez más, permitiendo a los colchoneros golear en apenas 20 minutos de partido.

Las Palmas, estando ante más de 20.000 de sus aficionados y ante uno de los rivales más poderosos de la categoría, ha dado una de las peores imágenes en lo que va de campaña. La pasividad y la poca intensidad volvieron a ser protagonistas por enésima vez en lo que va de temporada. Eso, sumado a la poca capacidad de reacción que mostró el conjunto de Setién, nos deja la imagen de un equipo abofeteado por el rival y siendo increpado y pitado por sus aficionados.

En la primera posesión del encuentro ya el conjunto del Cholo se plantó en el área de Javi Varas, dando un primer aviso, como un cañonazo que alertaba de la presencia enemiga y de lo que estaba por venir. Y quien avisa no es traidor. En el segundo minuto del encuentro ya Gameiro había perforado la portería de Varas y daba la ventaja al club madrileño. Previamente había perdido la posesión Las Palmas cerca del centro del campo y nada hicieron los jugadores por cortar el avance de Saúl, que puso a placer el centro al área para que Gameiro se adelantase al defensor y marcase.

Transcurrieron quince minutos para que llegase el segundo del Atlético de Madrid. Entre medias la UD tampoco mostró signos de reacción o de querer ir a por el partido. A la salida de un saque de esquina, Saúl Ñíguez logró conectar un formidable testarazo que colocó en la escuadra de Varas. Jugadas siempre complicadas de defender para la UD y que ya le ha costado más de un disgusto.

No había pasado más de un minuto y la defensa, deslavazada, veía como Gameiro se adelantaba a su par para controlar un buen pase en profundidad y fusilar por tercera vez a Varas. 0-3 en 18 minutos, doblete del francés.

Hasta este momento del partido la intensidad del Atlético desbordaba a los chicos de Setién, que nada pudieron ofrecer como respuesta. Tras el minuto 20, los rojiblancos pudieron jugar a medio gas dejando que su mejor faceta, la defensiva, controlase el encuentro. Así se llegaría al descanso.

La segunda parte, peor que la primera

En la reanudación la UD siguió proponiendo muy poco y jugando como si no fuese perdiendo por tres goles. No buscaba al rival, no salía a la presión. Un equipo sin mordiente. Tanto es así que el Atlético parecía estar jugando un amistoso o una pachanga de barrio.

El gol de Thomas escenificó a la perfección la situación. El jugador se internó en el área realizando cabriolas a placer, se asoció con Correa, para que éste le devolviese el esférico y luego fusiló nuevamente a Varas. No se sabe si la defensa miraba fascinada a los jugadores rojiblancos o por el contrario prefería no inmutarse.

De igual manera llegaría el quinto gol. Todo el mundo vislumbró el claro pase hacia Torres, que entraba sólo por el centro del área como Pedro por su casa. Todo el mundo menos la defensa amarilla, que volvió a ser espectador de lujo cuando Torres puso la manita en el marcador y abofeteó sin piedad a Las Palmas, que tuvo que retirarse al final del encuentro como un ave desplumada, siendo increpada por sus propios aficionados.

Como curiosidad, cabe destacar que Las Palmas ha recibido antes de los primeros 10 minutos de partido casi un tercio del total de goles encajados. Un lastre tremendo, ya que tener que remontar un partido cada dos fines de semana se antoja una odisea casi imposible incluso para los más grandes.

Poco importan ya los tres puntos que han vuelto a volar del Gran Canaria para anidar en el casillero del Atlético. Lo preocupante es que a estas alturas de la temporada y sin la presión de tener los deberes aún por hacer, la UD haya perdido su identidad, no parezca tener intención de recuperarla y vuelva a tropezar por enésima vez con la misma piedra.

La UD pierde hasta el orgullo (0-5)











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