
Sergio Suárez está decepcionado. El centrocampista de Las Palmas, casi inédito desde la llegada de Javier Vidales al banquillo, afirmó en rueda de prensa de que estaba convencido de que éste iba a ser su año. «Tenía mucha ilusión y esta temporada quería tener más protagoniso, pero no ha sido así. Espero que pueda ser la próxima», deseó.
Sin embargo, el gemelo rechaza cualquier atisbo de roce personal con el técnico: «El entrenador es quien decide. No le pedí explicaciones cuando jugaba ni tampoco lo hago ahora. Si otros juegan es porque el técnico así lo cree conveniente. Yo sigo entrenando fuerte. Es una situación que no le gusta a nadie».
Él, mientras, reafirma su esfuerzo y asegura que está entrenando bien: «Entreno bien y tengo la conciencia tranquila», explicó. «Físicamente me vi muy bien los tres partidos que jugué cuando llegó el entrenador, luego me puse enfermo y no tuve continuidad», añadió.