Tyronne: el canario de Lasesarre

Frío, lluvia, viento… El clásico tiempo del norte peninsular, radicalmente distinto a la meteorología de la tierra de Tyronne Gustavo del Pino Ramos (1991), dieron la bienvenida a Barakaldo al mediapunta cedido por la UD Las Palmas, el pasado mes de enero, coincidiendo con el mercado de invierno. Repasamos su periplo por tierras vascas a través de Raúl Luceño.   

Tyronne, con el 8 a las espalda, siendo sustituido durante un partido.
Tyronne, con el 8 a las espalda, siendo sustituido durante un partido.

Tyronne recalaba en el conjunto gualdinegro cubriendo una de las plazas sub-23 que se exige a los equipos de la Segunda B y tratando de reforzar el centro del campo de un Barakaldo que, tras arrancar de forma negativa la temporada, parece que ya se iba acomodando a su regreso a la categoría de bronce.

Un refuerzo, el de Tyronne, que venía avalado por la supervisión del director deportivo de la entidad vizcaína, Boluka, y del que se hablaban maravillas desde las islas afortunadas, desde donde consideraban al canario como una de las perlas de la cantera amarilla. Habría que ver, con todo, cómo se adaptaba un jugador en el que parecía que primaban las cualidades técnicas, no sólo a las inclemencias climatológicas si no también a un tipo de fútbol más directo e intenso, más físico.

Con el 8 a la espalda, Tyronne se integraba rápidamente a la disciplina gualdinegra y en la primera oportunidad que tuvo de debutar, su nuevo míster, Iñaki Zurimendi, le hizo saltar al césped de su nuevo estadio, Lasesarre, en la segunda parte de un encuentro que se había puesto cuesta arriba y en el que el joven jugador insular llegó a disfrutar de un mano a mano contra el portero rival en el que se jugó una vaselina que, desgraciadamente para él y para el Barakaldo, se fue por encima del larguero.

A pesar de ello, esos escasos primeros minutos como jugador del Baraka, gustaron a la afición de Lasesarre. Gustó su verticalidad, su desparpajo a la hora de conducir la bola pegada a su pierna izquierda y el atrevimiento a la hora de intentar jugadas y combinaciones imposibles. Gustó el exotismo de un fútbol y de un estilo al que la hinchada gualdinegra no está muy acostumbrada, si bien es cierto que Tyronne no ha sido el único jugador canario que ha vestido la zamarra barakaldesa en los últimos años —ya lo hizo otro mediapunta conocido con el sobrenombre de Scifo, ex jugador de la cadena de filiales de la Unión Deportiva—.

A partir de aquel primer partido, la presencia de Tyronne en el once inicial de Zurimendi ha sido intermitente. El técnico vizcaíno se ha decantado por la perla canaria sobre todo en los partidos de casa, donde las dimensiones del campo son más adecuadas para sus características. En todo caso, la mayor parte de las ocasiones en las que ha salido de titular, Tyronne ha sido uno de los primeros hombres en ser sustituido.

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Tyronne siendo parte del once titular durante un partido con el Barakaldo.

Por otra parte, la regularidad en el juego del mediapunta también se podría calificar del mismo modo, es decir, muy discontinuo. Quizá esta irregularidad haya podido surgir por la alternancia en las posiciones; así, aunque la mayor parte de las veces ha ejercido su labor por detrás de los puntas, también han sido varias las ocasiones en las que ha jugado en banda, fundamentalmente por la derecha, para, de esta forma, romper hacia dentro y golpear el balón con su pierna buena.

Con todo, la irregularidad en el juego, a pesar de que sí que ha disputado de muchos minutos, el tipo de juego norteño o algún otro aspecto que este que escribe, ahora mismo, no alcanza a conocer, han hecho que Tyronne no haya brillado de la manera que se podía haber esperado. Se ha visto, claramente, que es un jugador con unas cualidades espectaculares, que, técnicamente, es un portento y que es un jugador que no se amilana y que pelea pero, quizá, en su debe, se puede apuntar a que tiene una tendencia muy posesiva de la pelota, que le cuesta soltarla a sus compañeros y que también, en busca de una de esas jugadas imposibles, se complica excesivamente la vida. Además, desde el punto de vista anotador, sólo ha conseguido marcar un gol como gualdinegro.

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Tyronne rodeado por sus compañeros celebrando un gol / El Correo.

Tyronne Gustavo del Pino Ramos es, sin duda, un diamante en bruto que hay que seguir puliendo. Desde luego, el recuerdo que deja en el Barakaldo es muy grato, habiendo formado parte y colaborado a realizar una temporada extraordinaria. Además, la conexión que tanto él como su familia han tenido con la afición barakaldesa ha sido realmente buena. Ha sido un jugador que ha enganchado a la parroquia gualdinegra lo que ha provocado que, durante muchos partidos, desde la tribuna de Lasesarre, se entonase el clásico “Pío-Pío” canario con el que se identifica al conjunto amarillo de Las Palmas.

A buen seguro, buena parte de la hinchada del Baraka estaría encantada de que la UD Las Palmas cediese por un año más a Tyronne al conjunto gualdinegro y, no sé qué me da, que el joven canario no lo viviría mal si así sucediese. Sea como fuere y pese a todo, en Barakaldo nos quedamos con un muy buen recuerdo de Tyronne y se le seguirá evocando con ese “Pío-Pío” desde la grada.


 

por Raúl Luceño
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