Hoy no hubo excusas. La Unión Deportiva Las Palmas olvidó los fantasmas que había vivido en su último partido como local ante el Real Murcia y fue capaz, esta vez sí, de vencer a un rival que se encontró con la expulsión de Camille al término del primer capítulo y que jugó toda la segunda mitad con un hombre menos. Vicente Gómez, que cuajó un auténtico partidazo, anotó el gol que tanto se le había estado resistiendo.

Sin brillo pero con eficacia, así venció la Unión Deportiva su encuentro en la tarde de hoy – o quizá noche teniendo en cuenta la oscuridad que ofrece el reciente cambio horario -. El equipo de Sergio Lobera no disfrutó del juego frenético que si mostró el pasado fin de semana en El Molinón pero acabó el encuentro con el mismo resultado que obtuvo en tierras asturianas: tres puntos de oro ante un rival importante de la categoría.
Sorprendió el entrenador local con la alineación planteada para este encuentro. Se quedó fuera del once titular Deivid, el único jugador de campo que hasta el partido de hoy había jugado todos los minutos de Liga jugando, además a un gran nivel. El otro damnificado de la alineación respecto al encuentro ante el Sporting fue Asdrúbal que cedió su lugar en favor de Tana. Lo que no varía es la columna ofensiva que tan buen resultados está dando en los últimos tiempos. Vicente, Apoño, Masoud, Valerón volvieron a realizar un gran encuentro tanto en conjunto como en sus respectivas acciones individuales y es indudable que el peso del éxito de los últimos partido recae en gran medida en los hombros de estos cuatro futbolistas.
El día de Vicente
Especialmente destacable fue el partido de Vicente Gómez. El espigado centrocampista grancanario cuenta este año con la regularidad que se le había negado en temporadas anteriores y está respondiendo a la confianza del técnico. Mucho más liberado que en otras campañas – en gran parte beneficiado por el incansable trabajo que realiza Apoño por detrás de él – el cuatro de la Unión Deportiva incidió una y otra vez con sus acometidas por sorpresa en el área rival. Y eso, en una Unión Deportiva que cuenta con dos excelentes asistentes como Masoud y Valerón, es un lujo para el equipo y un tormento para las defensas rivales.
Vicente pudo anotar el primer gol de la noche en la primera parte al finalizar con una vaselina un buen centro que había recibido desde la derecha pero el juez de línea señaló la posición antirreglamentaria del jugador de la Unión Deportiva. No obstante, encontraría su premio a la salida del vestuario tras el descanso. Una excelsa jugada de Masoud, cuya maestría con el balón entre sus piernas queda retratada en cada partido, desembocó en un balón muerto en la frontal del área pequeña que Vicente mandó al fondo de las mallas. De este modo, el iraní se apuntaba una nueva asistencia a su interminable libreta de buenas acciones de la temporada mientras que el medio formado en las categorías inferiores del Huracán se quitaba por fin la espinita del gol que llevaba arrastrando en las últimas jornadas.
Apoño pudo sentenciar el choque para tranquilidad de la parroquia presente que comenzaba a sufrir en los minutos finales ante la posibilidad del empate del Alcorcón. Sin embargo, el diez del conjunto insular marró el penalti que previamente se había inventado Asdrúbal y a la Unión Deportiva le tocó sufrir.
Al final, hubo premio y no excusas. Esta vez Las Palmas sí fue capaz de superar a un rival encerrado en su propio campo que estaba más pendiente de mantener el punto que de atacar. Vicente fue el desatascador en su día de redención, lo cual resulta una buena noticia teniendo constancia de las pocas alternativas goleadoras que tiene el equipo. Un partido más con la puerta a cero y tercer clasificado. Con este guion, Las Palmas se puede permitir empezar a soñar.