Las Palmas, una lección de vida, por Javier Fernández de Angulo

Colaboración de Javier Fernández de Angulo, editor de la revista Gentleman en México; ex director de GQ, y subdirector de ELLE y VOGUE en España.

Javier Fernández de Angulo

OPINIÓN | Todo lo que nos pueden enseñar los manuales de urbanidad, las reglas de protocolo o los libros de buenas maneras, ya nos lo enseñó la Unión Deportiva Las Palmas.

Nos enseña que en la vida hay que sufrir, que se lo digan a los fieles de antes del Insular y a los de ahora del Gran Canaria.
Aprendimos que las buenas maneras y la educación no sólo es una norma sino que tienen consecuencias, lo vimos con el Córdoba, en la trágica promoción de 2014. Por saltar al campo, perdimos un sueño.

También nos ha enseñado que la perseverancia es una virtud y ahí estamos en Primera, después de doce años. La humildad es otra virtud porque sabemos que la soberbia nos ha hecho perder partidos en Segunda B y nuestra humildad nos ha permitido ganar al Real Madrid.

Debemos cuidar las instalaciones, de lo contrario lloraremos como lo hicimos con el Insular

También sabemos que nada se nos regala, que la vida es trabajo, trabajo y trabajo, para alcanzar tus sueños.

Que el corazón juega en nuestros oficios y en nuestra profesión, nos lo enseñaron Germán, Pepe Juan, Paqui, Wolf, Vitolo, Nauzet

Que la vida no es eterna y tu ser más querido puedes perderlo, sufrimos con Tonono y con Guedes. La vida puede ser cruel.
También la elegancia, la educación y el respeto, tiene que ser la cara del héroe, como Valerón demuestra cada día. Ya lo hicieron Tonono, Guedes, Brindisi, Carnevalli… Lo cortés no quita lo valiente.

Que quien da, recibe, dimos a Viera, a Valerón y ahí están, quizá también Vitolo volverá, porque quien mima a sus hijos no los pierde nunca.

Si no lloraremos como lloramos viendo el Insular abandonado, y con respeto y con nobleza se pueden alcanzar grandes metas. ese plus de corazón que siempre pone la cantera, a veces con paciencia como Tana, que ahora brilla en los campos de Primera.

La fidelidad, otro gran valor, que nos permitió seguirles en Segunda B, en campos de arena o en catedrales del fútbol. Desde los cuatro años hasta siempre de la UD. Y sin perder el orgullo de nuestras raíces el orgullo de ser de Las Palmas. La mejor afición, y yo creo que la mejor educada para la vida.

por Javier Fernández de Angulo
Editor de la revista Gentleman en México
Ex director de GQ, y subdirector de ELLE y VOGUE en España











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