Dulcificar la transición



Pako Ayestarán tiene por delante un reto de gran dimensión. El técnico guipuzcoano se pone al frente de un equipo sin rumbo firme. Ante sí, una batería de objetivos a conseguir durante los próximos meses.

Las Palmas hacía oficial el pasado miércoles la contratación de Pako Ayestarán como nuevo técnico amarillo. La dimisión de Manolo Márquez hizo dejar a medias el proceso que el catalán había iniciado en agosto. Su eje de actuación se centraría en matizar varios aspectos como la línea defensiva o la capacidad goleadora.

El ya ex entrenador de la UD dejó algunos frentes abiertos donde Ayestarán tendrá que incidir para empezar lo mejor posible su andadura. La próxima semana habrá parón liguero, por lo que el nuevo entrenador dispondrá de más tiempo del normal para inculcar sus automatismos al grupo. Además, tendrá que abordar cuatro retos esenciales.


  • Lograr la tan ansiada solidez defensiva: Márquez estableció los mimbres sobre los que construir un entramado robusto. Basar la clave del sistema en la zaga contravendría el sentido del gusto por tener el balón, pero sí cabe profundizar en cuestiones tácticas como mantener las marcas, no perder la espalda a los rivales o saber replegarse cuando conviene.
  • Apuntalar la pegada: Las Palmas encadena dos partidos seguidos sin ver puerta. Pese a disponer de un delantero centro con alta vocación de remate, la parroquia insular no ha traducido su capacidad de creación en tantos. De hecho, es el cuarto equipo que menos goles marca junto al Leganés (5) por detrás de Alavés (1), Éibar y Girona (3).
  • Orden sin renunciar a la esencia de la filosofía canaria: establecer las directrices para seguir un orden defensivo. Los futbolistas confían en volver a sentirse a gusto con la pelota, pero son conscientes de las carencias que sufren colectivamente al contragolpe o por bandas.
  • Conseguir la estabilidad en el vestuario: si algo viene adoleciendo la entidad en los últimos tiempos son los incidentes extradeportivos que ponen el peligro su salud deportiva. Los casos de Tana o Aythami Artiles han estado en el foco mediático y no contribuyen al equilibrio en el grupo.

Nuevo entrenador, ¿victoria segura?

Este es uno de los tópicos más repetidos en el mundo del fútbol. El argumento más utilizado es que los futbolistas entran en un estado de motivación extra para querer sorprender o ganarse la confianza de su nuevo técnico. Sin embargo, los datos estadísticos demuestran lo contrario.

Según datos del CIHEFE (Centro de Investigaciones de Historia y Estadística), adscrito a la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol), hasta 2015 se contabilizaban 1353 partidos en Primera en los que un entrenador se iniciaba en el cargo. De ellos, los nuevos técnicos ganaron hasta entonces el 35,85% de los encuentros, 24,17% terminaron en empate y 37,58% en derrota.

En el caso concreto de Las Palmas, en datos del mismo estudio y actualizados a fecha del debut de Márquez, los amarillos han vivido 32 cambios de entrenador, teniendo en cuenta que esto se produce cuando hay una variación en el banquillo con respecto a la jornada anterior de Liga.

De esa treintena de partidos, 13 han acabado en triunfo (40,62%), 7 lo han hecho en empate (21%) y en derrotas el 37,5%. Por tanto, los aficionados de la UD sí tienen motivos estadísticos para pensar en una posible victoria de Pako Ayestarán en su primer duelo al frente del banquillo.

Aunque el escenario no invita al optimismo, el nuevo piloto de la nave canaria ya sabe lo que significa ganar en el Camp Nou; lo hizo en abril de 2016, en su periplo en Valencia, por 1-2. Pese a esto, el objetivo es trabajar, conocer al equipo y hacer lo más dulce posible las ya duras de por sí transiciones.