El Herbalife Gran Canaria cayó de forma contundente en las manos del Iberostar Tenerife en un encuentro que tuvo un claro color aurinegro. Los amarillos estuvieron mal desde el principio y pagaron cara su falta de tensión ante un equipo, el lagunero, que se mostró con mucha más hambre que su rival.
Puede que fuera por el cansancio, puede que fuera por la ausencia de Albert Oliver o puede que sólo fuera un mal día, pero Herbalife Gran Canaria no se presentó en el Santiago Martín. La escuadra de Luis Casimiro sucumbió de forma contundente ante el Iberostar Tenerife en un partido donde los aurinegros fueron completamente superiores en todos los aspectos y donde se movieron mucho mejor en ambos lados de la pista.
Lo cierto es que el encuentro empezó igualado y las defensas se estaban imponiendo a los ataques. A pesar de ello, fueron los hombres de Fotis Katsikaris los que abrirían la lata de una forma bestial. Con White y Beirán desatados desde el triple, los laguneros empezaron a arrasar con todo lo que tenían por delante y fueron hundiendo a un Granca que se fue consumiendo en sus propios errores a la hora de puntear los tiros (26-18)
Sin embargo, el verdadero show del Iberostar Tenerife sucedió durante el segundo periodo. El conjunto local empezó a ver el aro como una auténtica piscina, obligó al Gran Canaria a tomar malas decisiones en ataque y olieron sangre para acuchillar a su rival. Los de la isla de Tenerife no cesaron en su intento de hundir a un equipo, el amarillo, que estaba totalmente impotente ante el vendaval que se le estaba viniendo encima (55-30).
Tras el descanso el guion se mantuvo y los laguneros estaban jugando a placer. Sólo los intentos de apagar el fuego de Marcus Eriksson dieron algo de aire a un Granca que no estaba, no se encontraba y nunca conseguiría aparecer. El lenguaje corporal de los jugadores de Casimiro evidenciaba que algo no iba bien y que, por mucho que lo intentasen, no lograrían frenar a un Iberostar Tenerife que les había arrollado (73-45).
A pesar de todo, los grancanarios intentaron maquillar el resultado y tiraron de todo lo que tenían. Era evidente que el cuadro claretiano no estaba cómodo, pero seguían intentando remar contracorriente aún sabiendo que iban a naufragar. Con el paso de los minutos Iberostar Tenerife dejó de pisar un poco el acelerador y dejó que el partido muriese en sus manos para acercar más a la Copa del Rey (92-71).
Con esta derrota, el Herbalife Gran Canaria suma cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria y, además, se ven superados por el Iberostar Tenerife en la clasificación. Los siguientes objetivos del Granca, cuyo siguiente partido tendrá lugar en 2018, serán encontrar un fichaje que pueda ayudar y olvidar este final de año en el que los amarillos han mostrado una versión bastante lejos de la que les hubiese gustado.
