Haciendo retrospectiva respecto a las dos últimas veces que los insulares fueron capaces de regresar a Primera División se puede observar que el actual equipo amarillo no está consiguiendo, a estas alturas de temporada, alcanzar los guarismos que hace años sirvieron para ascender.
Que esta UD Las Palmas que dirige Manolo Jiménez está lejos del nivel esperado y deseado es algo que se palpa no sólo en las sensaciones, sino también en los números. El cuadro amarillo está teniendo muchos problemas para cerrar los partidos, está sufriendo para dejar su portería a cero y también le está costando hacer goles. Esos aspectos condenan a los grancanarios a alejarse de los puestos de privilegio y a no mantener el mismo camino respecto a los dos últimos ascensos.
De ese modo, el actual conjunto insular tiene 5 puntos menos que el que logró el billete para jugar en la máxima categoría en la temporada 1999/2000. El equipo entrenado por Kresic llevaba 25 puntos con 23 goles a favor y 10 en contra en la jornada 12. Esto quiere decir que, aunque en goles en contra están igualados, sí que superan ampliamente en goles a favor a los pupilos de Jiménez. Además, sumaron 8 victorias, 1 empate y 3 derrotas que les colocaban primeros en la tabla.
Respecto a la escuadra de Paco Herrera del curso 2014/2015, esta plantilla de la UD ha sumado, también, 5 puntos menos que aquella que venció al Zaragoza el 21J. Esos 25 puntos se sustentaban en 7 victorias, 4 empates y 1 derrota, donde habían acumulado 22 goles a favor y 10 en contra. Con esos números ocupaban el primer puesto de la clasificación, aunque ese gran arranque no les sirvió después para aguantar el ritmo de los de arriba y tuviesen que pasar por los temidos Playoff.
Ahora mismo, Las Palmas es sexta con 20 puntos. Sus 5 victorias, 5 empates y 2 derrotas ponen de manifiesto que hace falta algo más para cumplir con el potencial que se le presupone a esta plantilla. Con 17 goles a favor y 10 en contra no han podido acercar posturas con los equipos que ocupan los puestos de ascenso directo y, lo que es peor, podrían quedar más descolgados todavía si una derrota en Elche viene acompañada de los resultados pertinentes de los rivales más directos.
Lo que está claro es que las comparaciones son odiosas y que un mal inicio no tiene que traer consigo un mal final. Sin embargo, urge una reacción tempranera para intentar dejar atrás todas las dudas que está UD acumula en los últimos tiempos.
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