La UD cuenta los días para volver a tener en sus filas a Jonathan Viera. Pasado el aluvión de halagos y críticas iniciales después de que se desvelara la reunión a tres bandas entre el futbolista, Ramírez y el Beijing Guoan, los partidos de pretemporada y los primeros noventa minutos de competición demuestran que el equipo necesita un generador de ocasiones como el comer. Y Viera, aunque sea un parche temporal, lo es.
El portero del Huesca se fue del Estadio de Gran Canaria sin apenas mancharse los guantes. Solo un par de sustos provocados por el juvenil Pedri inquietaron la meta altoaragonesa en un duelo que ya no servía para aumentar la carga física de la pretemporada: los tres primeros puntos estaban en juego y la UD, aunque ofreciendo un aprobado en cuanto a intenciones, se quedó muy lejos del gol.
Síntoma que se ha repetido durante todo el verano y especialmente agudizado con la lesión de Araujo y las molestias de Rubén. Pekhart no entra en los planes del club y Edu Espiau hizo las maletas para jugar en el Villarreal. Un panorama que, sumado a que los futbolistas de tres cuartos con los que cuenta Mel carecen de una capacidad goleadora palpable, deja un solar en la faceta realizadora del equipo.
Hoy, Jonathan Viera viaja a China para ultimar su cesión a la Unión Deportiva hasta el mes de enero. Así lo avanza Canarias7 y lo anunció el propio Ramírez hace una semana en Teror. Un refuerzo cuyo encaje en el proyecto es más que discutible pero que, visto lo visto, es necesario en lo deportivo. Los 68 goles y 49 asistencias que ha sumado en sus etapas en la isla y en la capital asiática en poco más de 200 partidos oficiales son una buena muestra para ello.
Las Palmas necesita último pase como el comer. Rubén Castro es un fantasma sobre el césped cuando falta esta figura y nunca ha probado la sociedad con el de La Feria, que sí ha compartido vestuario y goles con Sergio Araujo. Mel acostumbra a alinear dos delanteros en sus formaciones – dispuso solo de uno el pasado domingo -, por lo que juntar a Araujo, Rubén Castro y Viera podría formar una sociedad que, por fin, intimide a las defensas rivales.