El lateral derecho de 23 años afirma que incluso llegó a sentirse abrumado tras tantos mensajes una vez se conoció su subida al primer equipo. Ha conseguido el objetivo por el cual vino a la isla hace dos años.
David Vicente llegó en el verano de 2020 para reforzar a Las Palmas Atlético y tras dos temporadas en el filial, el jugador maño ha conseguido «uno de los principales objetivos por los que vine a la isla, por lo que he estado trabajando y dándolo todo tan lejos de casa. El esfuerzo tiene recompensa, pero no hay que ser conformista».
Así de seguro se mostró el lateral amarillo en los micrófonos del club, donde detalló como se enteró de la noticia anunciada por Miguel Ángel Ramírez: «Estaba en casa tranquilamente. Había venido del gimnasio por la mañana y me encontré con eso. Empezaron a llegar mensajes, llamadas y la verdad que muy contento. Casi un poco abrumado por todo lo que sucedió después» pero «ahora solo queda aprovechar la oportunidad y disfrutarla».
¿Quién es David Vicente? se preguntarán algunos, y él responde y se describe: «Soy un lateral derecho de ida y vuelta. Con mucha potencia, de ir arriba y abajo. Una persona muy competitiva y con mucha raza dentro del campo, no doy un balón por perdido y con unas capacidades físicas bastante buenas para el uno contra uno, en defensa y para subir todas las que se pueda con capacidad asociativa con el resto de jugadores».
Una vez conocida la noticia, reconoce estar «deseando poder competir y aportar al equipo». Todo ello, gracias a lo ofrecido en Las Palmas Atlético y la apuesta de la Unión Deportiva por la cantera: «Es real el puente directo. Así lo han hecho en el pasado y se sigue repitiendo cada año. Son aspectos que aumenta la credibilidad de un club de cantera».
Ahora, tendrá la oportunidad de debutar en el Gran Canaria, donde únicamente se ha podido sentar una vez en el banquillo contra el Zaragoza en la primera vuelta: «Es un estadio de Primera División. Pese a que el equipo no vaya a estar en esa categoría, es un estadio y una afición de Primera».
