El delantero argentino no cuenta para el técnico del AEK de Atenas y regresará a la UD Las Palmas este verano, a la espera de un nuevo desenlace.
Debe ser complejo para un jugador de la calidad de Sergio Araujo empatar continuamente proyectos temporales. El ariete argentino, devaluado como activo por sus continuas lesiones, actos extradeportivos y peticiones constantes de salida del club, tiene a día de hoy un contrato estable, pero no estabilidad deportiva.
Tras pedir salir de manera encarecida el pasado mes de enero, y esperando en un primer momento que fuera un traspaso definitivo al AEK de Atenas, finalmente se produjo en modo de cesión con opción de compra. Los presagios se cumplieron: el ‘caso Araujo’ había sido una ‘patada a seguir’, como se dice en rugby. El problema seguiría más adelante.
El nuevo episodio lo ha protagonizado con la decisión del técnico del AEK de Atenas, Massimo Cabrera, de no contar con el ‘Chino’ para su siguiente proyecto deportivo, según apunta Lito Jiménez en sus cuentas de redes sociales. El AEK había pedido prorrogar su cesión hasta la finalización del play-off por el título de la Superliga griega, aún en disputa.
Sergio Araujo, con contrato hasta el 30 de junio de 2023 con la UD Las Palmas, ha demostrado en varias ocasiones y por distintos motivos que, a pesar de la vinculación laboral que mantiene con la entidad grancanaria, no quiere vestir la camiseta de la UD Las Palmas.
El club amarillo también ve en Araujo un activo que se ha devaluado –rechazó el año del ascenso una oferta superior a 20 millones de euros por él–, con un salario fuera de la realidad actual con respecto a su valor de mercado y con un criterio técnico, el del renovado Pepe Mel, que se aleja mucho de la idea de continuidad con el argentino.
