De todo menos fútbol en Palamós

Jonathan Viera / Isaac Navarra (UE Llagostera)

CONTRACRÓNICA | Concluyó el encuentro en el recinto geronés con la sensación de que el protagonista del partido no fue ninguno de los futbolistas que participaron en la contienda. Las condiciones meteorológicas influenciaron el encuentro de un modo crucial, impidiendo que la práctica del fútbol que habitualmente desarrolla la Unión Deportiva fuese viable.

No hubo historia en lo futbolístico a lo largo de los noventa minutos de juego, fundamentalmente porque apenas hubo ocasiones de peligro real para ninguno de los dos equipos durante todo el choque. El fuerte viento que azotaba el campo de Palamós condicionó el juego de ambos equipos, siendo favorable en la primera parte a los intereses de la Unión Deportiva y en el segundo acto, para los locales. Sin embargo, ninguno de los dos contendientes supo aprovechar esa circunstancia en beneficio propio y el guion del enfrentamiento se tradujo en un continuo baile de errores en la entrega de balón por ambos bandos.

Herrera, que planteó un once inicial bastante atrevido con Ortuño y Araujo como referencias y con Viera por detrás, decidió variar la disposición táctica en el segundo tiempo incluyendo a Christian Fernández como tercer central para rechazar los envíos largos de la Llagostera con el viento a favor. Como posteriormente comentaba en su comparecencia de prensa, la idea era la de sufrir lo menos posible en ese tramo e intentar aprovechar cualquier opción de ataque que pudiese obtener su equipo, basándose sobre todo en el juego raso para evitar un mayor impacto del viento en la dirección del esférico. Y es que este factor impedía que la pelota circulase con normalidad. Cada lanzamiento de portería era un suplicio para los guardametas pues, a medida que el balón cogía altura, éste retrocedía girando hacia atrás e impidiendo que los envíos de los porteros se alejasen más de treinta metros del área. Era imposible que Las Palmas jugase con su estilo habitual cuando las condiciones externas que le rodeaban no lo eran.

El empate cosechado deja a los insulares como líderes pero con menos puntos de ventaja de los que ostentaba antes del inicio de la jornada ya que todos los perseguidores vencieron sus respectivos encuentros. Tras dos semanas jugando fuera de casa en la que el bagaje ha sido de dos puntos de seis posible, el equipo regresará al Estadio de Gran Canaria la próxima fecha del campeonato con la necesidad de vencer y convencer para seguir comandando con mano de hierro la categoría de plata. Hoy fue imposible hacerlo.

 











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