Mel: «El presidente sabe que me tenía que dar la total autonomía»

Foto: udlaspalmas.es

El técnico madrileño concedía una entrevista para el Diario Marca, en la que habló sobre sus primeros días al frente del equipo amarillo y las opciones de conseguir el complicado reto propuesto de alcanzar la sexta plaza.

Equipo que se encuentra a su llegada: «Un equipo que en verano pensaba que iba a disfrutar de posiciones de ascenso, se encuentra en el 11ª o 12ª posición. El vestuario está cabizbajo, porque ellos son los primeros que quieren que las cosas salgan bien. Es algo que ya suponíamos».

¿Cómo se cambia una situación así?: «Para mí, lo principal es la propia autoestima del futbolista. Un vestuario que está triste y que no cree en el compañero que tiene al lado no tiene futuro. Así que hay que convencerles de que eran y que son buenos jugadores, de que la UD apostó por ellos porque creen en ellos y que el entrenador que llegaba piensa que están capacitados para conseguir el objetivo».

Estaba decidido a escoger la oferta de la UD: «Hay mucha gente que me ha dicho que es un reto casi imposible de lograr, que no entendían por qué no esperaba a ver las posibilidades que me ofrecía el mercado, incluso en Primera División, pero yo no pienso así. Yo lo que pienso es que llevaba quince meses sin trabajar, me llama un equipo que para mí es histórico, al que conozco bien porque he competido contra él muchas veces y que podía hacer un buen trabajo».

Pudo llegar en verano: «En verano estuve reunido con la cúpula de la UD Las Palmas en Madrid; estuvimos hablando y a los dos o tres días me dijeron que habían elegido a Manolo Jiménez. Lo tomo como algo natural en nuestro trabajo».

Primeros días de trabajo emocional: «Tenía la certeza de que el vestuario de Las Palmas estaba cabizbajo, silencioso, estaba deprimido… No era algo que me fuera a descubrir nadie. Sabía que mis primeros días eran sobre todo emocionales, transmitir la alegría y convencimiento con el que yo llegaba, además de que se creyesen que eran capaces de ganar al Deportivo. Ahora mi trabajo es que se crean que pueden ganar al Mallorca».

Su relación con el presidente: «A nadie se le escapa que este es un club presidencialista. Al presidente le gusta saber todo lo que pasa en el club y yo lo acepto, porque ante todo soy un hombre de club. En estas 13 jornadas que me quedan por delante, el presidente sabe que me tenía que dar la total autonomía para entrar con mano de cirujano a sacar el mal que pudiera haber en el vestuario».











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