Jugar con cabeza, por Javier Fernández de Angulo

Javier Fernández de Angulo


  No hablo de los goles de Morete, remates de Rubén Castro, testarazos de Araujo o subidas al córner de Aythami, si no de mantener la cabeza fría los 90 minutos más el alargue. Tristemente esta campaña muchos partidos los hemos perdido más por mala cabeza, que por mal juego, cesiones absurdas, penaltis innecesarios y jugar a la desesperada. Un ejemplo fue el arranque del partido contra el Cartagena, 3-0, un penalti nos saca del partido y acabamos 2-0 antes del descanso, con apenas 4 tiros a puerta les bastó para golearnos y que  acabáramos con un expulsado.

  Con la testa bien puesta, superamos penaltis, como ante el Fuenlabrada, remontamos 0-2 antes el Sporting, o ganamos cómodos a Almería, Español o Mallorca. Por el contrario, con el Oviedo dos goles en dos minutos y con el Sabadell, dimos muestras de debilidad. A la ida y a la vuelta, en la Nova Creu Alta dos goles, expulsión y cesión del portero al delantero… otro regalo de las Hermanas de la Caridad y en Canarias, la expulsión de Alex Domínguez, nos quitó el alma. Y nos sacó de la cancha. Contra el Mirandés, gol en propia y cesión-regalo para el 0-2, y la derrota con el colista, mejor olvidarla, 4-0.

  Al Girona le regalamos el partido en dos minutos. Está claro que la cabeza juega. No hay un vínculo entre nuestro juego y los resultados porque cada error es un gol. Se paga carísimo. Ojalá cada vez que Pepe Mel anuncia la alineación pueda asegurar que entre los  convocados está la cabeza. A veces también la pierde el público, nos pasó con el Cordobazo que fue una tragedia, y contagiamos al equipo. Pero nos hizo más fuertes. 


  Esperemos que estos desastres nos hagan más fuertes, porque nos espera un derbi, donde la cabeza se va con frecuencia, la mente se nubla. Confiemos que en la alineación del rival estén la desesperación y las lagunas. Y en la nuestra la concentración y la inteligencia. Parafraseando a Louis Nizer, podemos decir que “el futbolista que trabaja con sus piernas es un trabajador de campo, el que lo hace con las piernas y su  cabeza es un artesano y el que trabaja con las piernas, la cabeza y el corazón es un artista”. Un jugador exquisito.

Ese es el futbolista canario, que juega con los pies, la  cabeza y el corazón. Que no nos lo quiten de la cabeza.

por Javier Fernández de Angulo
Editor de la revista Gentleman en México
Ex director de GQ, y subdirector de ELLE y VOGUE en España