Un año que comienza torcido en lo social



Los últimos movimientos de la Unión Deportiva Las Palmas no terminan de gustar a la afición, que se muestra hastiado de la actual deriva de la entidad de Pío XII. La venta de Araujo, una gota más.

La masa social de la Unión Deportiva Las Palmas siempre ha estado ahí en las buenas y en las malas. Ahora, otra vez toca las malas. Tras tres años en Primera División, el equipo grancanario vuelve a estar en zona de nadie en Segunda A y la afición no se ilusiona tras los primeros movimientos.

La venta de Sergio Araujo ha sentado mal a la afición. «Viera dará un salto importante al equipo. Lo imaginamos junto a Jesé, Araujo y Pejiño. Son palabras mayores». Eso decía Miguel Ángel Ramírez el 19 de abril de este mismo año, pero Araujo ya no está.


Estandarte del futuro proyecto de la Unión Deportiva tras volver a reencontrarse con su mejor versión, desde la afición se ve irrisoria la cantidad por la cual han vendido al posible mejor jugador del equipo. Poco más de un millón para las arcas amarillas.

Bloqueo en las redes sociales

En las últimas semanas, desde las redes sociales de la entidad de Pío XII se ha optado por bloquear a las personas que usen el hashtag #ramirezveteya. Cualquier persona que opinara con esos términos, Las Palmas les bloqueaba en las redes sociales, aunque dieran su opinión con respeto.

Y todo esto, días antes de que saliera a la luz la campaña de abonados con el lema #LaUniónHaceLasPalmas. Una campaña de abonados que tampoco ha convencido a todos, sobre todo por la devolución de los partidos no disfrutados en temporadas pretéritas debido a la situación sanitaria.

Aún así, a la afición de Las Palmas no le hace falta mucho para engancharse. Su amor por la camiseta amarilla está por encima de cualquier persona y desde que la pelota empiece a rodar y a entrar en la portería contraria, la afición no dudará en acudir en masa a las gradas del Estadio de Gran Canaria.