OPINIÓN | Gracias y perdón Sgt. Pepper, por Javier Fernández de Angulo

Javier Fernández de Angulo


Soliviantados los ánimos tras las derrotas de los primeros partidos de García Pimienta, muchos, entre los que me incluyo, y pido perdón, nos dedicamos a disparar a dar contra el mister recién aterrizado. Big Errata titulaba mi columna, y como decía al final: “Ojalá este artículo sea una big errata y estemos en promoción al final de la temporada”, pues así ha sido y de una manera poderosa.

Se ha ganado en Valladolid cuando pocos ya apostaban por nuestro equipo, se han roto leyendas negras como la de Alcorcón o las victorias lejos de casa, triunfamos en Ponferrada y en la final con el Oviedo, con una muestra de juego, sabiduría, intensidad y concentración de todo el equipo admirable.

Pronto empezaron a salir los brotes verdes, Pimienta en el banquillo, Coco atrás, el nombre de Valles para cuidar la portería. Hasta un arbitro se nos cruzó que se llama Verdura. Todos los jugadores se hicieron importantes, la defensa rocosa, Rober y Moleiro florecieron con rotundidad, y Viera se hizo galáctico.


Después de este final de campaña nos ponemos a las órdenes del Sgt Pepper que ha hecho bailar al equipo como si fueran los Beatles, en aquel mítico disco Sgt Pepper´s Lonely Hearts  Club Band, la banda mejoró la calidad de toda su producción, funcionaban como una orquesta mágica. El disco llegó a la cumbre  del rock, y Pimienta nos ha llevado al objetivo, con alegría, con ilusión, con sabiduría, con calma, con ritmo, con goles, con paciencia.

Gracias por esta ilusión renovada, por devolver la sonrisa a la grada, que la magia de esta banda no se apague bajo la batuta del Sgt Pepper. Ya no son una banda de corazones solitarios, sino que  llena los estadios, arrastran a miles de aficionados  y deleitan como una orquesta. Queremos seguir bailando.

Javier Fernández de Angulo
Editor de la revista Gentleman en México
Ex director de GQ, y subdirector de ELLE y VOGUE en España