El guardameta argentino se ha vuelto a posicionar como titular con la llegada de Paco Jémez y está asentado defendiendo los intereses amarillos bajo los palos. De hecho, ha sido clave en los últimos choques con paradas salvadoras.
El comandante Leandro Chichizola tiene las llaves de la portería de la UD Las Palmas. La meta amarilla está salvaguardada por el cancerbero argentino de aquellos que intentan perforarla. Y, después de una dura pugna con un Raúl Lizoain que le puso las cosas muy complicadas y tras algunos errores que costaron puntos, el ex del Spezia se ha hecho con la titularidad en el momento más importante de la temporada.
No ha sido un camino fácil. El de Santa Fe empezó la temporada como una moto y demostrando sus recursos, aunque pegó un buen bajón como también lo pegó casi la totalidad de la plantilla amarilla. Sus errores le generaron dudas y esas dudas se trasladaron a un cuerpo técnico que prefirió darle la oportunidad a Lizoain. El meta grancanario cumplió con creces, pero perdió la batalla para convencer a Jémez.
Desde la llegada del ‘Sargento de Hierro’ se reinició la cuenta para los arqueros. El preparador grancanario probó primero con el albiceleste y después con el canterano, pero acabó decantándose por el primero, al menos, hasta ahora. Cierto es que Chichizola no estuvo fino en alguna acción durante este tiempo, pero en los dos últimos choques fue pieza clave para que la UD siga sacando la cabeza del pozo con paradas importantes.
Lo que está claro es que el portería es un factor importantísimo para que un equipo sea más o menos competitivo y Chichizola está ganando confianza para darle a la UD lo que verdaderamente necesita. El argentino está preparado para asumir la responsabilidad de estar bajo los palos y está dispuesto a seguir creciendo con el paso de los partidos, dejando claro si ha recuperado el sitio en el once es para quedarse.