Las Palmas se olvida de defender

CONTRACRÓNICA | Tres goles recibidos en menos de un cuarto de hora de partido dinamitaron las opciones de victoria de la Unión Deportiva Las Palmas en Los Pajaritos. Al igual que ocurrió una semana atrás ante el Real Betis, la defensa grancanaria encajó tres tantos en un periodo de tiempo muy corto, aunque con la diferencia de que esta vez los golpes encajados se produjeron en la primera mitad del partido.

Hubo un tiempo no muy lejano en el que Las Palmas era uno de los conjuntos de la categoría que menos goles había recibido a lo largo de la temporada. La solidez defensiva era uno de los pilares fundamentales para entender la buena primera vuelta que había realizado el equipo amarillo. Herrera encontró la manera de que el cuadro canario olvidase los males defensivos de los cursos precedentes y convirtió a la zaga insular en una muralla difícil de penetrar para los atacantes rivales. El cinturón de seguridad que formaban Javi Castellano, Hernán y Culio en el centro del campo daba al bloque el equilibrio suficiente como para que los laterales pudiesen sumarse al ataque con alegría a sabiendas de que la cobertura del compañero siempre iba a llegar.

No obstante, esa seguridad defensiva ha ido desapareciendo del ADN de la Unión Deportiva hasta el punto de que los amarillos se han vuelto vulnerables. En los últimos encuentros da la sensación de que con muy pocos méritos se le pueden hacer un par de buenos goles al equipo que más veces ha liderado la Segunda División durante la temporada. Es una corriente que se inició en el famoso encuentro ante el Real Zaragoza y que se ha ido acentuando fundamentalmente en los últimos compromisos. El resultado: en los últimos cuatro partidos Las Palmas ha encajado nueve goles y sólo ha sumado dos puntos.


Cierto es que en la batalla de Soria jugó un papel fundamental la maestría a balón parado del rival. Julio Álvarez, experto en estas lides, sacó lo mejor de su repertorio y se erigió en la figura estelar del partido anotando dos goles y repartiendo otros. Él abrió la cuenta y él la cerró. Su actuación fue tremenda y en cada falta lateral o al borde del área, e incluso en cada córner, su simple presencia sobre el terreno de juego significaba una pesadilla para la UD.

Erró Roque en el repliegue el primer tanto. Nadie obstaculizó a Juanma para que rematase a la red en el segundo. La pasividad defensiva permitió que Gafoor rematase de cabeza en una segunda jugada que venía precedida de otro centro que Las Palmas no acertó a despejar. Y Casto se limitó a ver la obra de arte que el mediapunta venezolano del Numancia se inventó desde la esquina. Una serie de pequeños fallos que cuando se producen en un mismo partido provocan catástrofes como la de este sábado. Las Palmas se ha olvidado de defender y la sangría de goles no hace sino aumentar cada semana.