La más que probable incorporación de Aythami Artiles hace que la competencia en la zaga se vaya a convertir en una de las más duras dentro de la plantilla de una UD que quiere cerrar su portería, sobre todo, fuera de casa.
Más leña al fuego. Competencia al máximo nivel. El regreso de Aythami a Las Palmas va a suponer que el conjunto amarillo va a aglomerar en su nómina hasta seis jugadores que pueden actuar como central. Sin embargo, teniendo en cuenta que Eric Curbelo puede ocupar un sitio en el lateral derecho de forma más fija que el resto de los zagueros amarillos, queda una batalla de cinco hombres por dos puestos.
Por ese motivo y teniendo en cuenta que a día de hoy no va a salir ninguno de la entidad, Deivid, Mantovani, Cala, David García y el ya mencionado jugador de Arguineguín pelearán por convencer a Paco Herrera semana tras semana, una cuestión en la que el técnico catalán va a tener que hilar muy fino para, por un lado, acertar con los onces que ponga en liza y, por otro, que no se le caiga ninguna pieza.
Mantener la competitividad es complicado porque siempre habrá cierto grado de confianza con alguno de los centrales y habrá otros que no tengan minutos. Ante eso es complicado que todos los defensas encaren las semanas de la misma forma, aunque no imposible. Sin embargo, está claro que tener a todo el mundo contento con cuatro centrales ya es una misión difícil para los entrenadores, pero con cinco lo es más.
Lo cierto es que, ahora mismo, la batalla por la titularidad la tienen ganada Mantovani, que está recuperando su mejor versión, y un Cala que es parte de la columna vertebral de Herrera. Asimismo, Deivid no ha encontrado su nivel y David García ha ido de más a menos, por lo que a priori el barcelonés no debería cambiar su idea en cuanto a su pareja de centrales de gala por así decirlo.
Esta situación se mantiene a corto plazo, dado que Aythami siempre ha demostrado ser capaz de rendir, sobre todo, en una Segunda División que conoce perfectamente. Será entonces cuando el sureño tendrá que hacer dudar al técnico para que cambie su plan a sabiendas de que tendrá cuatro compañeros más que también quieren jugar.
De ese modo, es Paco Herrera el que tendrá que saber gestionar esta situación y lograr que todos sus hombres de la retaguardia estén en disposición de luchar todas las semanas por hacerse un hueco. Si no sale nadie, el overbooking está asegurado.