Hace unas semanas que el Presidente Ramírez viene anunciando un considerable descenso de las nóminas de los futbolistas e incluso, tal y como dijo en la presentación de la Ciudad Deportiva, algunos retrasos en el pago de los salarios.
Siempre que el primer ejecutivo de UD Las Palmas ha hablado de la reducción salarial, ha dado por sentada la connivencia de los futbolistas, hoy en cambio la plantilla, en una información de el Diario Marca, niega la mayor: «La decisión es una medida de presión. Quieren que paguemos nosotros la mala planificación de la pasada temporada».
El enfado parece mayúsculo, de hecho, a día de hoy no se ha firmado ninguno de los recortes salariales que la directiva ha hecho públicos. Según ha trascendido, varios futbolistas ya habrían expresado que declinan perdonar dinero al club si salen este verano.
La plantilla tampoco ve con buenos ojos la política de comunicación en torno a la operación salida. Nadie de Las Palmas le ha dicho a algún jugador que no cuentan con él: «Hemos visto publicado el nombre de algunos compañeros en la prensa. No es normal que un compañero se entere por la prensa que no cuentan con él, antes que por el club».
La situación es grave y posiblemente se evolucione hacia una lista de descartados de Pepe Mel para aliviar las tensiones internas. La realidad es que existe una ruptura entre la plantilla y la directiva está lejos de salvarse a no ser que se cambie de política de comunicación interna con urgencia.